Asesino Serial

smartphones vs cerebros

Por Cicco. Es una cosa de locos. Los smartphones vienen cada día más inteligentes. Ya no sólo son teléfonos, ni walkmans, ni cámaras de video, ahora son plataformas de video games, pcs portátiles, GPS, metereólogos. Y claro todo muy bonito, pero el ser humano sigue siendo el mismo idiota de siempre. Y en tren por seguir siendo amos y señores del planeta, estamos perdiendo terreno a lo pavote.

tres

Por Cicco. ¿No juzgás que, cada año que llega, los inviernos son más tibios e indefinidos, más superficiales y sosos, como candidatura de Massa? ¿No te descubrís comentando ante rueda de amigos, “este frío no es nada, cuando yo era chico, las heladas te sacaban agua de la nariz”? La generación que suma más de 30 sabe de lo que hablo. El frío, esto que hoy llamamos frío y que los noticieros se alarman en mencionar como “sensación térmica bajo cero” es un pan comido. Un día para salir en camisita, pecho al viento. ¿A esto llaman invierno?

libros en la biblioteca

Por Cicco. Cada día más gente cuenta lo mismo, frustrada y emperrada. Confiesa, con cierta vergüenza, que ya no es lo mismo que antes. Aún cuando son gente joven –ninguno tiene más de 40-, reconocen que, antes podían leerse un libro de un tirón. Pero ahora, no hay caso. Les cuesta. No tanto porque escasee el tiempo libre para la lectura. No, señor: en tiempos de bombardeo visual, de metralla de videítos hasta en los sitios de los periódicos, cada vez son más los que, simplemente, leer los abruma.

noticias

Por Cicco. Será una noticia esperada para la familia y para la fiscalía pero, para el lector promedio, saber que hallaron pruebas del portero Mangieri en las uñas de Ángeles, tiene un sabor a final prematuro. Uno, como lector, siempre espera que los casos policiales se ramifiquen, se compliquen, se retuerzan, que haya infinidad de sospechosos, y todo esto porque, muy en el fondo, lo que menos quiere el lector es que se resuelvan, y lo que más desea es mantenerse entretenido, todo el tiempo posible. Y si es necesario que el interrogante dure años, o por qué no, temporadas enteras, como el Caso García Belsunce, final abierto y eterno. Porque, ¿sabe una cosa? Amamos los policiales.

Federico Ribero

Por Cicco. No importa la edad con que alguien se vaya de este mundo, excepto que sea un maldito, a todos les parecerá un injusticia. No importa que tenga 20 o tenga 80, en este mundo la muerte siempre tiene mala prensa. Llega a destiempo. Y es muy poco caballera: no mide, se instala y barre. Como todos saben, Federico Ribero, empresario y meditador, padre de familia e íntimo del espectáculo, acaba de morir. Los medios resaltaron su valor a la hora de enfrentar su destino. Más que resaltaron, no lo podían creer. Ribero puso en práctica una de las grandes lecciones de los maestros espirituales que pasaron por el mundo: morir antes de morir.

Revolucion serie

Por Cicco. La anunciaban como la nueva serie producida por el creador de Lost. Linda pinta tenía “Revolution”. Brillante idea. De un día para otro, zás apagón total en el planeta. Las causas desconocidas. La historia salta 15 años más tarde, donde las milicias que se hicieron con las pocas armas que había, toman el poder, someten a la gente, y cometen toda clase de atrocidades, en fin, nada que no vea a diario en los noticieros. La gran incógnita y la lucha central de Revolution gira en torno a quién obtendrá el secreto que, parece, podría devolver la electricidad al planeta. Si la milicia la tiene, son amos y señores del mundo. Hasta ahí, dvino todo. Pero, el apagón también le llega a los creativos de la serie. Y demasiado pronto.

Por Cicco. Vaya adonde vaya los verá. Y cómo no verlos, si están ahí precisamente para que uno los vea. Son las celebrities desconocidas, famosos anónimos sin fama alguna que se pasean por la ciudad como si realmente hubieran salido de un spot de perfumes. Los ve contemplar la inmensidad con sus anteojos Ray Band de La Salada. Bajarse del coche como si fuera una película de la jacuzza de Takeshi Kitano. Son gente desesperada de reconocimiento. Muertos de hambre de las miradas públicas. Y de tanto llamar la atención, la pucha, uno los mira.

Tomas Abraham

Por Cicco. Cuando se trata de encontrar intelectuales para sus notas, el periodista argentino siempre mete la mano y manotea lo mismo de siempre; Aguinis, Horacio González, Feinmann, el dream team de la materia gris nacional. Pensadores con una inclinación histórica y polarizada. El periodista los convoca de cómodo y de vago y además, porque su jefe tiene una idea previa de nota: quiere que el intelectual moldee la reflexión para el lado que a él le interesa. Y es así como el intelectual, con palabras a la altura de las circunstancias, le dará el título y el análisis que necesita la nota, mano en el mentón. Pero con Tomas Abraham las cosas no suceden de ese modo. El tipo piensa. Y el pensar es como un alcohólico en el bar: sabe que toma la primera copa, pero no sabe adónde puede llevarlo la última.

comedy central

Por Cicco. La tele ya no es la de antes. Con la irrupción de los videos on line, el furor de estrellas surgidas de youtube, la descarga de series en la web y la mar en coche –¿a quién se le ocurrió inventar ese término con un coche metido en el mar?, sin embargo, uno lo sigue usando de puro vago-, con todo eso a cuestas, la tele está de capa, o mejor dicho, de antena caída. En ese desorden de cosas, resulta tan titánico ponerse a elogiar programas y, lo que es más osado aún es piropear todo un canal. Pero con Comedy Central en el aire, hay que hacer una excepción.

smartphone  y teléfono con rosquilla

Por Cicco. El otro día, gracias a un artículo en Clarín, descubrí que, dados los factores que identifican el fenómeno, pertenezco a la categoría de viejo digital. Más de 36 años. Poca bola con la tecnología. Escaso uso de las redes sociales. Un celular al que se le han borrado las teclas, que no tiene internet, ni mp3, ni ring tone, nada. Un soto. Y, al parecer, esta es una señal, de que en términos digitales uno está menos para Facebook y más para el asilo y el pañal de adulto.