STEVE JOBS (1955-2011)/ 
Muere un hombre, nace el mito

Steve Jobs/Por: Sebastián Di Domenica. Su obra no es política como la de un revolucionario o un activista. No es monumental como la de un arquitecto. Tampoco está conformada por letras e historias como la de un escritor. Ni por pinceladas como la de un artista plástico. Su obra no es como ninguna de las mencionadas, pero posee mucho de todas ellas; es el trabajo de un tecnólogo creativo e innovador que supo mejorar e imponer facilidades y mecanismos con bellas formas. Su creatividad está en uso en todas partes y se puede observar. En un joven que mientras viaja en subte recorre con su dedo índice la pantalla de su celular, en un hombre de oficina que trabaja con el sistema Windows o en un señor que mientras almuerza en un bar del centro hojea su periódico desde una tableta electrónica. Excelentes ideas que imaginó Jobs y que llevó a la realidad. Un viaje a través de calles y rincones de todas las ciudades del mundo permitirían descubrir la generalización impresionante de sus inventos. Un último recorrido que puede haber hecho el mismo Steve Jobs, luego de abandonar su cuerpo y antes de emprender ese camino desconocido e inexorable que nos iguala a todos los seres humanos.

Su historia es digna de una película. Fue entregado en adopción y luego adoptado por un ferroviario y un ama de casa.  Cuando pudo fue en busca de su origen y de una hermana que recién pudo conocer cuando llegó a ser un adulto. Emprendedor, innovador, visionario, genio del marketing. Construyó una empresa, fue echado, volvió a construir y al final regresó a esa marca que él había ideado al principio. En el punto más alto de su carrera, sufrió el revés de una enfermedad difícil. Su lucha, su tesón ante la adversidad, y su creatividad inmensa lo convirtieron en un personaje inspirador para miles de personas en todas partes.

Su primera creación fue la computadora Apple Macintosh; que impuso una marca y un estilo diferente para un sector que utilizaba la tecnología con  fines específicos como el diseño, el arte, la publicidad y otros campos. Presentaba un sistema operativo que luego serviría de modelo del hiperdifundido Windows de Microsoft. A su vez,  años más tarde fue el creador de la empresa Pixar, que llevaba los avances tecnológicos al cine y a la animación. La primera Toy Story es una muestra de esa nueva modalidad de trabajo para el cine animado.

Pero las creaciones de Jobs que generaron mayor impacto y que se hicieron realmente masivas fueron las que se hicieron realidad durante la última década: el iPod, el iPhone y el iPad. El iPod revolucionó la venta de música: mejoró de manera notable los reproductores de MP3 y logró imponer nuevas mecánicas de consumo y venta de producciones de la industria discográfica. Luego vino el iPhone, que cambió por completo al celular. El gran cambio surge con la pantalla y teclado táctil. Antes las pantallas de los celulares eran pequeñas porque gran parte del frente del aparato se utilizaba para el teclado. El iPhone impone el frente táctil; que según la necesidad, podía ser teclado o pantalla para ver video, fotos o controlar e mails. El cambio fue brutal porque el aparato que antes solo era un teléfono, con este avance pasó a ser también una pequeña computadora (smartphones). Además marcó una estética única al contar con un solo botón. Después llegó el iPad que es un punto medio entre un celular y una netbook. No sirve para hacer, pero sirve para ver. Es decir, no es un dispositivo para trabajar, sino que  mejora la experiencia del consumo audiovisual.  Y ésta mejora se basa en que posee una amplitud de pantalla que permite ver con comodidad videos, fotos e imágenes. Es el invento que, entre otras cosas, impuso una mejora real en el consumo de diarios y revistas, más cercana a la experiencia del papel, desde la aparición de Internet.

Cabe decir que Apple también innovó en la instancia comercial de la venta de contenidos en Internet. En contraposición con Google, que tiene como regla la gratuidad; Apple a través de la tienda virtual iTunes (música, videos, juegos, periodismo) y de las aplicaciones para sus dispositivos, logró una vía de capitalización posible para productos de todo tipo, que se ofrecen en la red y en la que los productores comparten la ganancia con la empresa. Steve Jobs fue un verdadero innovador. Y tal como señalan muchos, su vida mezcla aspectos que recuerdan a Leonardo Da Vinci, o a Henry Ford. Porque el creador, el inventor y el artista se mezclaba con el gran empresario que sabía muy bien cómo captar el interés del público y hacer grandes negocios. Su famoso discurso en la universidad de Stanford queda como una muestra de su gran poder inspirador. Ha muerto el hombre, pero ha nacido el mito.

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