SOBRE LA COLUMNA ENTRELÍNEAS DE LA NACIÓN |
El puntero del Hombre Araña |
Por: Gustavo Noriega. Los domingos en La Nación, el editor de Espectáculos, Pablo Sirvén, tiene una columna que se llama Entrelíneas. La ideología fuerte de la sección pasa por allí. Sirvén aprovecha su situación de editorialista para cargar contra aquellos sectores que no le resultan simpáticos, más de una vez con argumentos oscuros y ambiguos. |
Escribe alternativamente de cine y de televisión, lo cual no estaría mal de no ser que su sistema de pensamiento en un medio es diametralmente opuesto al del otro. Da la sensación de que si existieran dos Sirvén, el que escribe de televisión hablaría muy mal del otro y viceversa. El Sirvén del cine tiene como enemigo declarado al cine argentino independiente y los críticos que lo apoyan, le parece que la cantidad de gente que va a ver una película es argumento suficiente y se burla de aquellas obras que no superan un cierto número de espectadores. El Sirvén de la televisión, en cambio, reniega de los programas de television de alto rating, desprecia su populismo y pide una programación de mayor calidad. Las dos opiniones no conforman un sistema único sino que se dan en forma totalmente independiente, como si en ningún momento se le pasara por la cabeza que proponer ambas posiciones al mismo tiempo, exige, al menos, algún tipo de fundamentación.
De vez en cuando el editorialista se da cuenta de que el lanzamiento de centenares de copias de un blockbuster hollywoodense por parte de una distribuidora plantea algunos problemas que van más allá de que esas películas estén bien o mal hechas. El último domingo, en una columna titulada “La telaraña del cine”, comenta el lanzamiento de El hombre araña 3 (más de 200 copias, aparentemente) y asemeja la hegemonía que alcanzó Hollywood con la que ejerce el peronismo en la Argentina (mientras que los estertores de la débil oposición son comparados con los esfuerzos por desarrollar una cinematografía independiente). Una de las cosas más graciosas de su columna es su desfachatado gorilismo, que lo lleva a nombrar al peronismo como “el partido fundado hace 62 años por un coronel golpista del Ejército Argentino”, seguramente, el eufemismo del año.
Sirvén no alcanza a desarrollar la comparación lo suficiente como para que resulte iluminadora y termina siendo lo que repite domingo a domingo, una enumeración de sus simpatías y antipatías. Pero lo que la convierte en algo realmente hipócrita es otro dato. Sirvén no dice una sola palabra respecto de cuál es el papel que juega el periodismo de espectáculos en esa hegemonía hollywoodense. La edición del domingo 29 de abril, donde Sirvén escribe su columna llamada “La telaraña del cine”, tiene como tapa una foto gigantesca, que ocupa toda la sábana, de El Hombre Araña 3. La segunda página, íntegra, está ocupada también por la cobertura de la película que ningún redactor de La Nación hasta ese domingo había visto, (por las razones expresadas en nuestra entrega anterior de hipercritico.com). La nota de Marcelo Stiletano que acompaña al impresionante despliegue fotográfico podría ser perfectamente una gacetilla de prensa de la distribuidora. La decisión de semejante cobertura de una película de la cual no se podía evaluar su calidad seguramente no habrá escapado al conocimiento del editor, Pablo Sirvén, puntero barrial, entonces, de ese peronismo hegemónico que es el cine de Hollwood.