DIFICULTADES PARA LOS DISTRIBUIDORES DE CINE INDEPENDIENTE
Avalancha de magos, superhéroes y piratas

The HostPor: Gustavo Noriega. Cuando una película sale con más de doscientas copias ocupa la cuarta parte de las salas del país. En cada edición de algún superhéroe, niño mago o pirata sobrenatural, se desata la misma avalancha de marketing, publicidad encubierta a cargo de los diarios y noticieros de televisión y saturación de imágenes por doquier.

Hay otras consecuencias, menos visibles y menos ruidosas. Imaginensé la situación de un distribuidor independiente, que sale con una decena o menos de copias de una película interesante pero no perteneciente al mainstream, que no tiene capacidad económica para la publicidad, y al que los grandes medios le dedican una atención marginal. Para él, acertar con la fecha de estreno es una odisea riesgosa, en la cual se le juega todo el negocio. Como consecuencia de ello, las fechas anunciadas van cambiando sobre la marcha una y otra vez.

Veamos el caso de The Host. La película iba a ser estrenada en abril, inmediatamente después del Bafici, donde se exhibió y tuvo una excelente recepción. Pero por esas cosas de la distribución que les venimos contando, el estreno se postergó un mes. Lo que quedó en el camino fue la tapa de El Amante, dedicada a esa película coreana y que apareció a comienzos de… abril. La película se estrenó el 31 de mayo.

Lo mismo estuvo a punto de sucedernos este mes. Estaba anunciada Inland Empire, la última película de David Lynch. El Jefe de Redacción de la revista, Javier Porta Fouz, y algunos redactores la habían visto en festivales internacionales y estaban extasiados. La película se anunció para comienzos de junio, se realizaron las funciones privadas para periodistas y nos aseguraron que el estreno era firme. Preparamos la tapa y una amplia cobertura para enterarnos, casi de casualidad, que el estreno de Inland Empire se atrasaba… hasta septiembre. Esta vez tuvimos tiempo (casi, nada, dos o tres días) para cambiar el eje conceptual de la edición, preparar una nueva tapa y que todo luzca como si lo hubiéramos preparado a lo largo del mes.

El problema central no es la tapa de El Amante, claro, sino la volatibilidad del mercado, la creciente inseguridad que sienten los distribuidores independientes, a merced de las decisiones tomadas por las grandes cadenas internacionales (que, poniéndose de acuerdo, jamás se pisan los unos a los otros). La solución sólo puede venir a través de la intervención del Estado, que regule activamente un mercado claramente distorsionado a través de impuestos y restricciones al número de copias. No es fácil pero es necesario.

Y algo más: ¡vayan a ver The Host!

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