Por Javier Porta Fouz. Se dice que se ha escrito todo sobre el Oscar, incluso sobre las películas de este año. Ya se ha escrito todo, así se dice, en pretérito perfecto. Se ha escrito todo pero acá seguimos escribiendo (o tal vez repitiendo). Los premios, sobre todo estos famosos y que cuentan con suspenso, tradición y nominaciones, son por lo menos organizadores de conversaciones y de visiones. Hablemos, entonces, de lo visto. Estas son algunas ideas sobre el Oscar y las nominadas a mejor película de este año.

1. Advertencia. Si en una nota, antes de usar dos o tres veces “Oscar” se usa la palabra estatuilla, yo desconfío de esa nota. No se usa casi para otra cosa eso de “estatuilla”, y hay algunos que la usan sin haber usado Oscar, que es más corto, es más preciso y es un nombre propio.

2. Esta modalidad de los últimos años, de que sean nueve y no cinco las nominadas a mejor película, ¿es bueno o malo? No sabría argumentar porqué, pero creo que es bueno. Sí, puede pasar que nominen nueve malas, pero de todos modos con nueve es más divertido y permite que películas que solían pasaban más inadvertidas ahora figuren en las listas del Oscar (Moneyball el año pasado).

3. ¿Las nominadas de este año son mejores que las nominadas del año pasado? Sí, este año son mejores, sin duda. Veamos. Estos son mis puntajes –hoy en día– de las nominadas a mejor película el año pasado: El artista (2), Los descendientes (6), Tan fuerte y tan cerca (no la vi), Historias cruzadas (7), Hugo (4), Medianoche en París (7), Moneyball (8), El árbol de la vida (3), Caballo de guerra (8).

4. ¿Uno ve cine con prejuicios? Claro, ¿qué se piensan? Conocer las películas previas de un director ya prefigura nuestra mirada, ya nos marca prejuicios. Claro que no somos imparciales. Ya lo dijo Oscar Wilde: “se puede dar una opinión francamente imparcial sobre aquellas cosas que no nos interesan, y ésta es, sin duda, la razón por la cual una opinión imparcial jamás tiene valor. El hombre que ve los dos lados de una cuestión es un hombre que no ve nada en absoluto. El arte es una pasión, y en materia de arte, el pensamiento inevitablemente se tiñe de emoción y por eso fluye, no queda fijado.” Después, obviamente, tal vez nos sorprenda la película nueva de ese director sobre el que teníamos opinión formada para un lado o para el otro. Claro, nuestro pensamiento fluye. Y mientras uno no se fanatice (forma de ceguera muy extendida) se puede vivir críticamente con preconceptos y a la vez estar abierto a ponerlos a prueba. He cambiado de opinión muchas veces sobre algunos directores, e incluso he cambiado de opinión sobre películas luego de reverlas o de escribir sobre ellas (hay ejemplos acá mismo, en Hipercrítico). Las películas del Oscar son ideales para trabajar los prejuicios, discutir, pelearse, poner a prueba lo que se creía sabido. Son, en general, películas de directores con obra relevante. Y cuando se trata de desconocidos o poco conocidos, el Oscar les agrega los reflectores suficientes como para que se los tome en cuenta para un lado o para el otro (lamentablemente, las premiadas en la categoría principal de los últimos dos años han presentado a dos directores con películas catastróficas: El artista y El discurso del rey).

5. De las nueve nominadas este año todavía no vi las siguientes

Amour de Michael Haneke: la anterior de Haneke (La cinta blanca) no me gusta nada. Y de su filmografía anterior creo que la única –entre las pocas que me gustaron en su momento– que me animaría a rever es Caché.

Zero Dark Thirty (La noche más oscura), de Kathryn Bigelow. Muchas expectativas porque Bigelow me parece una gran directora. Y las referencias confiables indican que es buenísima.

La niña del sur salvaje. La indie nominada. Expectativas en blanco. Las referencias confiables no transmiten mucho entusiasmo pero tampoco se manifiestan en contra.

Los miserables. Es del “director” de El discurso del rey, que me parece muy mala e irrelevante.

6. Las que vi por ahora son cinco y les pongo –hoy, ya veremos mañana– estos puntajes:

Una aventura extraordinaria (6), Lincoln (9), Argo (10), El lado luminoso de la vida (8), Django sin cadenas (9).

7. Es cierto que uno, desde los preconceptos, elige entre las posibilidades que se le brindan qué ver primero y qué dejar para después (o nunca), pero es notable que de las cinco vistas cuatro me parezcan (y a varios en la redacción de El Amante también) de muy buena para arriba. Por lo menos hasta que gane alguna de las malas el 24 de febrero, dejemos por un rato de lado las quejas sobre el Oscar. Este parece ser el mejor año en mucho tiempo.

8. Y termino con una cita de Juan José Sebreli en el libro El malestar de la política: “la verdadera ecuanimidad del analista consiste en reconocer y declarar la orientación desde la cual parte”.