SAO SILVESTRE Y THE AIRSTRIP

Por Javier Porta Fouz. En las recomendaciones de hace dos semanas no puse documentales. Bah, en una charla por Twitter (¿se llama charla?) me hicieron notar que faltaban recomendaciones de documentales. Pero no fue así, en realidad puse pocos. Y además no los nombré como documentales. No los etiqueté en ese sentido. Ya sabemos que muchas películas son híbridos, y que Godard dijo esto y lo otro sobre la ficción y el documental (y si no lo dijo seguro que estuvo por decirlo).

Reviso las recomendaciones de hace dos semanas y veo que sí recomendé El corral y el viento de Miguel Hilari, que viene de darse en el Festival Cinéma du réel de París. Y también recomendé Iranian de Mehran Tamadon. Y la verdad es que no deberían perderse Iranian. ¿Debería decirlo otra vez?

Pero ya que estamos con los documentales me gustaría agregar algunos otros que todavía pueden verse en el Bafici. São Silvestre de Lina Chamie, registro que late fuerte de la carrera del título que ocurre todos los fin de año en San Pablo, una película para sumergirse en ella y hasta transpirar un poco mientras pensamos en cuánto de no documental hay aquí. The Airstrip, el fascinante documental ensayo-arquitectónico del conocido del Bafici Heinz Emigholz (que en Berlín se dio en el IMAX), en el que podemos ver mucho del Abasto, la Bombonera y el cementerio de la Recoleta, con algunos flagrantes errores históricos sobre la Bombonera (o directamente, información-ficción). O Asier y yo, de Amaia y Heitor Merino, un documental-diario personal que encara el conflicto vasco desde una óptica distinta: la de una amistad.

Un documental muy recomendable pero durísimo es The Family de Stefan Weinert, sobre gente asesinada por la Stasi cuando intentaban irse de la llamada “República Democrática Alemana”. Otro es Inequality for All de Jakob Kornbluth, un documental vibrante y polémico sobre ingreso y distribución de la riqueza. Remine, el último movimiento obrero, de Marcos Martínez Merino es acerca sobre la lucha de los mineros asturianos en 2012, y es una película de tremenda potencia: los momentos de enfrentamiento con "la ley" están filmados con el suspenso de una ficción, (inolvidable el "venga, valientes"). We Come As Friends Hubert Sauper es la primera película en casi una década del director de La pesadilla de Darwin (también vista en el Bafici): Sauper se mete en profundidad en África (Sudán) y cuenta y ve y observa y uno no puede dejar de viajar desde la butaca hacia ese mundo de intenso dramatismo, explotado desde diversos ángulos (el de los chinos y el petróleo es un segmento documental brillante). Tiene gracia, personajes, mucho trabajo y se nota.

Who Took Johnny de David Beilinson, Suki Hawley y Michael Galinsky, un documental sobre chicos desaparecidos en Estados Unidos, un tema terrible que encuentra una forma de policial durísimo. Para contrarrestar y cerrar estas recomendaciones con algo menos tremendo, pasemos a música, en donde pueden sumarse a la fiesta que propone The Sound of Belgium de Jozef Devillé, sobre la importancia de la música electrónica de y en Bélgica: van a ver y escuchar que tantas y tantas canciones bailadas hace décadas venían de allí. Y bueno, si no vieron Los Angeles Plays Itself de Thom Andersen en el Bafici 2004 (otra película muy recomendable con algunos errores de información), ya es hora de que la vean (o de que la vuelvan a ver).