escuela de sordos incaa exhibición

Por Javier Porta Fouz. I. Hasta este jueves, según los datos de la web cinenacional.com, se han estrenado en 2014 107 películas argentinas en 38 semanas. Es decir un promedio de 2,82 por semana. Las cinco más vistas de esas 107 han llevado más público que las 102 restantes, lo que indica una muy fuerte concentración. Entre esas 102 recomendé varias mediante críticas o notas, aquí o en La Nación: El crítico, Los dueños, Ramón Ayala, Al fin del mundo, Mauro, Amancio Williams (El crítico llevó más gente que todas las otras sumadas). De algunas otras recomendables no he escrito, de una porque la dirigió un amigo, de otras porque no se dio la ocasión. No había escrito sobre Escuela de sordos de Ada Frontini, que se exhibió en el Festival de Mar del Plata 2013 y en el Bafici 2014, y que se estrenó en agosto (Malba-Gaumont) y ya no está en cartel.

Claro, Escuela de sordos no iba a llegar a igualar la cantidad de espectadores de Relatos salvajes o de Maléfica, ni siquiera la de El crítico o la de Los dueños. “Si un periodista le pide a un documental que cobró un subsidio de 250 mil pesos que salga a disputar la taquilla de Maléfica, es un problema suyo -del periodista-, no del cine nacional”. (Lucrecia Cardoso, presidente del INCAA, en la revista Haciendo Cine). Vaya uno a saber de dónde saca semejante ejemplo Cardoso, pero lo cierto es que el documental Escuela de sordos tuvo pocos espectadores (y ya que estamos, ¿por qué el INCAA no publica cuántos espectadores va sumando cada película en su página? ¿o yo no lo puedo encontrar?) y quizás haya poco o nulo público en común entre Maléfica y Escuela de sordos más allá de algunos críticos que hemos visto las dos películas.

II.
Escuela de sordos establece con claridad que el cine puede llevarnos a mundos desconocidos, que nos son ajenos. Y que puede hacerlo con una rapidez asombrosa. Y uso rapidez no porque Escuela de sordos sea una película trepidante, llena de cortes y por ende de planos; está estructurada mayormente en planos secuencia, con la cámara en una posición fija. La rapidez para meternos en el mundo que propone tiene que ver con la claridad de su forma, con la nitidez de sus propósitos. Un coche que se acerca por un camino. Pasa. Es un Citroen viejo y destartalado. Seguimos, otro plano, un escritorio: una mujer vestida de docente enseña a un alumno adolescente sordo. Ella es el eje de esta película: Alejandra “Ale” Agüero. Enseguida empezamos a entender la lógica de la puesta en escena, de la duración, de la observación de lo que sucede (o de lo que se nos muestra). El lenguaje oral y el lenguaje de señas interactúan. A veces Ale habla y hace señas, a veces sólo hace señas. Con diferentes alumnos, con su amigo Juan (sordomudo especialista en lenguaje de señas). Como espectadores oyentes y que no manejamos la Lengua de Señas Argentina pasamos de la imagen a los subtítulos, pivoteamos entre la imagen y los subtítulos (así como los espectadores sordos lo hacen con el cine subtitulado especialmente, el que les indica -como en esta ocasión- los sonidos más allá de los diálogos). Y se produce un efecto en nosotros que es el mismo que nos pasa con cine hablado en un idioma que apenas conocemos: empezamos a identificar algunos signos, empezamos a cambiar nuestra percepción. Escuela de sordos es una película que trabaja el uso del sonido del diálogo -su entrada y su salida diegéticas, su disposición- con una conciencia notable, una conciencia que también tenía Fabián Bielinsky para la entrada y la salida de la música y también del diálogo (de forma extra diegética) en la vuelta del sonido ambiente en el asalto final de El aura. Escuela de sordos, con su propuesta segura, clara, hace posible la percepción del silencio de los diálogos. Dicen, vemos que y qué dicen, leemos que y qué dicen.

La primera secuencia entre Ale y Juan, que parte desde la indefinición de sus roles (¿qué relación tienen?), con una puesta que se nota menos “de registro” que las de la escuela, más pre-dispuesta, termina con la mención de “la filmación” y así propone breve pero contundentemente una mirada desde otro ángulo para este documental, para el documental. Escuela de sordos, como toda gran película, habla de su tema y de los temas del cine. Otro detalle destacable es que mientras Ale está enseñando a sus alumnos (siempre de a uno), en dos ocasiones se puede escuchar a otra maestra en clase. Dos clases mezcladas en el sonido que no constituyen un error de planteo y diseño del lugar sino que son un apunte certero del registro de una realidad distinta. Escuela de sordos ya no está más en las salas y, por su planteo, la exhibición cinematográfica le otorga otro relieve, otro impacto. Llego tarde a recomendarla, pero seguramente podrán verla en alguna ocasión.

III.
Entré en la página del INCAA a leer sobre los Espacios INCAA, aquí.

“Espacios INCAA es un programa del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales creado en marzo de 2004 con el propósito de garantizar la exhibición de las producciones cinematográficas argentinas, incluidas las de estreno comercial, paso digital o menores y cortometrajes.
Para ello, fue imprescindible contar con pantallas dedicadas con exclusividad al cine argentino en un momento histórico en el que las salas de cine cerraban sus puertas de manera masiva en toda la extensión del territorio y eran reemplazadas en las grandes ciudades por complejos multipantallas copados por producciones de cine internacional, cine de Hollywood. Obviamente, las ciudades que no eran capitales quedaron definitivamente sin cine.
El programa, desde sus comienzos busca recuperar la tradición cinematográfica que tuvieron los argentinos, la de vivir el cine como hecho cultural y social, como arte y entretenimiento. Niñas y niños, jóvenes, adultos, ancianas y ancianos, pueden hoy asistir al cine y disfrutar programaciones de calidad con las últimas realizaciones cinematográficas ficcionales y documentales argentinas y de otras latitudes por un precio muy bajo y beneficiarse con descuentos generados a partir de la gestión y firma de convenios federales de cooperación entre el INCAA y sindicatos, gremios y asociaciones que nuclean a un amplio espectro de trabajadores y estudiantes.”

Quizás sea la por confusión de la redacción (esas comas de uso discutible) o por mi falta de luces, pero no logro entender cómo es que conviven las “pantallas dedicadas con exclusividad al cine argentino” y la idea de “disfrutar programaciones de calidad con las últimas realizaciones cinematográficas ficcionales y documentales argentinas y de otras latitudes”. Quizás el texto se refiera a distintas épocas en los distintos párrafos.

Curiosa exhibición de películas de “otras latitudes”: hay lista de espera para pasar películas argentinas en los espacios INCAA y hay títulos que bajan de cartel aunque les esté yendo bien. De todos modos, el apoyo a otro cine que pueda dialogar con el cine argentino siempre me pareció una buena idea, darle otra oportunidad a otro cine comparable al argentino, a otras películas a las que le cuesta encontrar su lugar en la cartelera o permanecer en ella, a películas que se beneficien de una sobrevida en la cartelera con entradas subsidiadas, más baratas. El Espacio INCAA Artecinema viene proyectando bastante cine “de otras latitudes”: Violette, Gracias por compartir (un bodrio en toda regla, pero bueno, opiniones), Lore, Todo lo que necesitas es amor, Sonidos vecinos (también exhibida en el Gaumont). Esta semana el Espacio INCAA Artecinema ofrece Un mundo conectado de Terry Gilliam (estreno). Las mencionadas son en general películas de distribuidoras independientes, locales, algunas más grandes que otras, pero todas se pueden enmarcar dentro de un apoyo a otro cine que debería dialogar con el cine argentino (aunque lo ideal sería que pudieran dialogar mejor por fuera de los espacios INCAA).

Hoy el Espacio INCAA ArteCinema ofrece también Tortugas Ninja, un tanque global que ha vendido casi 600.000 entradas en Argentina. Me resulta extraña una política cultural y de entradas baratísimas y subsidiadas para Tortugas Ninja. Tres funciones diarias -más que las dos habituales que reciben muchos estrenos argentinos en los espacios INCAA- para una película que claramente no ha tenido problemas para obtener salas para su exhibición y que circulará en otras ventanas para que continúe su consumo de forma masiva.

A las 9.41 am de ayer jueves envié este mail a los Espacios INCAA:
Subject: Consulta periodística urgente.
Buen día, ¿el Espacio INCAA Arte Cinema tiene alguna sala que no sea programada por el INCAA o todas las programa el INCAA?
Pregunto por la inclusión de Tortugas Ninja.
Saludos”

Cuando me contesten les aviso.