Crónicas Desinformadas

stop basta

Por Cicco. Antes, diez o quince años atrás, uno era encuestado, sometido a esa cirugía inesperada a corazón abierto, sólo en dos ocasiones claves del país: cuando había elecciones o cuando había censo. Después eras libre de responer sólo a tu esposa y, claro, a mamá.

game of trones

Por Cicco. Usted espera las vacaciones, la navidad, el ascenso, el domingo que juega Boquita. Yo espero que llegue mediados de abril para que empiece la nueva temporada de Juego de Tronos: la quinta. ¿Y sabe en qué mes estamos ahora? Oh, sí, adivinó. Abril. Qué astuto.

pantallas

Por Cicco. Van varias veces que escucho en radio o en el noticiero, lo rapidito que pasan las noticias sobre desastres naturales, ataques terroristas o países desmesurados donde la gente muere a lo pavote. Son temas que les queman en las manos a los periodistas. Apenas pueden, se lo sacan de encima.

urna y love

Por Cicco. A diferencia de la mayoría, me encantan los años electorales. Fuera de broma, disfruto el acto de poner el voto en la urna, a pesar de las colas, del traslado, del bolonqui, del festejo y los discursos de victoria y derrota. Me gusta ver el rictus contraído de político en afiche de campaña. El sudar la gota gorda desandando barrios marginales, pisando el barro y sorteando perros. No es pasión por la democracia, ni voluntad oculta de cambiar de gobierno. Lo mío es cierta sensación perversa de ver cómo un montón de políticos, de la noche a la mañana se quedan sin trabajo.

we re the world

Por Cicco. Digan lo que quieran: soy de los que aún creen que “We're the world” es la cumbre del pop de todos los tiempos. Mi señora cada vez que digo esto, se enoja. Pero qué quieren que les diga: No hay otro tema igual. Y no lo habrá. El 7 de marzo último, se cumplieron 30 años desde que se compuso el hit solidario más emotivo de la historia, y yo lo volví a ver una y otra vez. Hay algunas cosas para contarles de aquella sesión de una noche en Holywood. Sí, ya sé que llegué dos semanas tarde al aniversario. ¿Pero se fijó cómo se llama esta sección? Así es, lo nuestro es la desinformación. Siempre llegamos tarde. Así que no joda.

SOFOVICH

Por Cicco. Yo también tuve una noche con Sofovich. Fue hace, la pucha, más de 10 años. Trabajaba en Revista Noticias. No recuerdo cuál era la primicia detrás de la nota. Imagino que era, como Mirtha, uno de sus tantos regresos a la tele. Si mal no recuerdo, aquel era un regreso menor, por canal de cable. Gerardo no estaba en su pico de popularidad, en pleno corte de manzana, o del yenga, o de la pulseada. “¿Venís con buena o con mala leche?”, me dijo a la salida del canal. “Con buena, Gerardo”, respondí. Qué iba a decirle. Uno siempre lleva la misma leche a todas partes. Pero para Sofovich, la intención lo era todo.

giacobone y novia

Por Cicco. Qué mundo torcido y retorcido este. En lugar de debatir las virtudes y aciertos del guión de la peli Birdman, que acaba de recibir el Oscar, lo medios se dedicaron a tratar, con toda la seriedad que lo merece, si la novia trans del autor, Nicolás Giacobone, era o no potable. Y para no ser menos, acá haremos algo parecido.

justin timberlake

Por Cicco. Tanta estrellita vacía de Hollywood y el mundo de la música, hacen creer que las figuras de verdad, con polenta y profesionalismo, son cosa del pasado. Pero no señor. Por suerte, lo tenemos a Justin. Y no a Bieber, ojo. El otro Justin, el que se permite hacer música de alto vuelo y actuar a la par de los grandes. A Timberlake lo queremos. Y queremos que usted también lo quiera. Así somos más.

umma y rene

Por Cicco. Adonde se va el mundo. Justo cuando nos habíamos acostumbrado a gente entrada en años, luciendo como treinteañeros, justo cuando nos habituamos a ver mujeres con botox, lifting y siliconas, ahora llegan los cirujanos con una nueva técnica: cambiar radicalmente de cara. Si vio los diarios de esta semana, sabrá que eso ya no es ciencia ficción. Es el debate más novedoso de la ética científica. ¿Se puede cambiarlo todo?

don´t worry be happy

Por Cicco. Cantó el himno moderno de nuestra alegría, sólo con las cuerdas inagotables de su voz. Y en los '90, tan célebre se había hecho y tan alegre su tema, que algunos llegaron a decir que se habia quitado la vida. Otros críticos musicales dijeron que la canción, en lugar de disparar su carrera, terminó sepultándola. Y sí, imaginamos que fue difićil para Boby McFerrin, sobrevivir a “Dont worry be happy”, cantada hasta por el robotito de Wall E. Ahora bien, si usted pensaba, como yo, que el compositor de la canción más alegre del pop estaba tomando antidepresivos, tirado y abandonado, pensó, pensamos, mal.