ilustración columna Cicco

Por Cicco. Imagine la Argentina sin droga ni alcohol. Imagine si padres e hijos, ancianos y niños, ricos y pobres, se encontraran a agachar la cabeza ante su Creador cinco veces al día. Imagine si los argentinos se hicieran cargo de que, para tener relaciones sexuales, primero es necesario casarse. Si consideraran la desnudez como un regalo que debe guardarse para la pareja. Imagine si, de un dìa para otro, se acabaran los programas de chimentos porque descubrieran que hablar mal de otro es como alimentarse de su cadáver.

 

Imagine si todo aquello que los hace portarse como idiotas, que los hace pisar una y otra vez el palito, estuviera fuera del alcance. Y se pusiera a su disposiciòn todo aquello que los hace más livianos, más coherentes, más libres.

Imagine si los argentinos dejaran de ver la muerte como una pérdida y la vivieran como un reencuentro.

Imagine a los hijos besando las manos de sus padres, los padres besando las manos de sus ancianos porque saben que ellos atesoran la voz de la experiencia.

Imagine si fueran tan creyentes los argentinos que estarían convencidos de que hasta la ùltima de las hormigas es alimentada y cuidada por la gracia de Dios.

Imagine si todos ellos, fueran conscientes de que Dios, en todo momento, los mira.
Si creyeran en todos los profetas y en los libros que inspiraron sin hacer diferencias entre ellos.

Imagine si, dados a decidir, eligieran siempre el camino moderado. El camino del medio.

Imagine si los argentinos vivieran cada dìa convencidos de que, este mundo es una preparación para el otro. Y que la religión, más que una pieza de museo, es un puñado de consejos que salvan la vida.

Imagine si desde el saludo, hasta los nombres, desde la ropa hasta el trabajo tuviera un significado profundo.
Si consideraran el mundo como un préstamo del Dueño, para cuidarlo y, en la medida de lo posible, administrarlo con sabiduría.

Imagine si, en lugar de sentirse cada uno superior al otro, se llamaran todos, a sí mismos, servidores.

Imagine si el mal, en lugar de ser la encarnación de un villano con el que se enfrenta Spiderman, fuera algo real y concreto, del que hay apartarse y protegerse.

Imagine si los argentinos tuvieran conciencia de que matar a otro sin razón es equivalente a matar a la humanidad entera.

Imagine si en diferentes momentos del dìa, cinco en total, los argentinos hacen un paréntesis en sus tareas y se conectan con Dios.

Imagine a los argentinos practicando más la aceptación que la protesta.

Imagine si la paciencia fuera uno de los valores más altos a los que se puede aspirar.

Imagine a los argentinos respetando la autoridad, porque entienden, es el pilar para que una comunidad funcione.

Imagine a los argentinos, en familia, rezando en sus casas porque saben que, un hogar donde nadie reza se asemeja a una tumba.

Imagínelos pidiendo perdón cientos de veces al dìa porque olvidaron cuál es su propósito en este mundo.

Imagine a los argentinos sin explotarse entre sí aplicando la usura. Imagine si además, tuvieran cada año el deber de dejar un porcentaje de su patrimonio para los más necesitados.

Cuando los medios y las corporaciones más poderosas del mundo coinciden en atacar algo, deberías preguntarte qué hay allí que los incomoda tanto.