SOBRE LA MESSIMANÍA Y LA MELLIZOMANÍA
Periodistas deportivos: especialistas en el elogio fácil

Pablo LlontoPor: Pablo Llonto. ¿De qué cansado espejo habremos sacado los periodistas deportivos el don para el elogio fácil? Ay, maldita Oral Deportiva, ¿cuándo dejarás de ser la Malinche nuestra? La fauna que integramos brindó otra muestra con la messimanía y guillermomanía  de los últimos días (nada de ello es culpa del, por ahora, inocente Messi) disparando aquel déficit hasta el agotamiento.

Entre programas repetidos, imágenes de archivo y lugares comunes varios, el ultracorrectísimo Quique Wolff, rey de las preguntas más obsecuentes, habló de Messi diciendo que, afortunadamente, “seguía con su forma de ser”.
¿Cuál es la forma de ser de Messi? ¿Alguien la conoce?
 
De frente, march!!!...

Fulanito de tal siempre va de frente”, nos encantaba escribir en las primeras líneas de un reportaje, cuando aceptaban la entrevista y se nos concedía alguna frase fuerte.
A los dos o tres años de periodismo, el error es entendible; a los cinco, perdonable, a los diez, intolerable y, a los veinte, no hay más remedio que combatirlo.
¿Es que aún no comprendimos que unos pocos deportistas son sinceros cuando hablan? Seguramente que mienten menos que los Kirchner, Cristina, Scioli, Cafiero, Alfonsín y Carrió. Pero, ¿a quién se le ocurre que Mostaza Merlo decía la verdad, semanas atrás, cuando elogiaba a De Tomaso, Blanquiceleste y la manga de comerciantes que manejan el club?
 
El ejemplo del ejemplo
 
Otra: “menganito es un ejemplo”. Caso de la semana: Clarín, viernes 20 de abril. El periodista, Enrique Gastañaga. La pregunta, a Barros Schelotto: “Respetaste al hincha, a la prensa. No aprovechaste la condición de ídolo para protestar porque no te ponían. ¿Advertís que sos ejemplo?
Respuesta casi obvia del Mellizo: “Yo no siento que soy un ejemplo”.
Ya es hora de que abandonemos este ejercicio y dejemos de soñar, como le adjudican a Macedonio, que todos los personajes de una novela deben ser moralmente perfectos.
Fue Maradona el primero en enseñarnos: “yo no puedo ser ejemplo para mis hijas y quieren que sea ejemplo para la sociedad”, cada vez que lo atosigaban con la misma historia.
¿O serán los oscuros sentimientos de inferioridad?
 
¿Deportes?
 
Reflexión de fin de semana. Si buena parte del mundillo deportivo reconoce en Dante Panzeri uno de los pocos periodistas que brilló por su consecuencia, ¿cuándo empezaremos, como él, la campaña por terminar con el automovilismo y el boxeo en las páginas de deportes?
Durante muchos años pensé que Panzeri deliraba cuando en las páginas de La Prensa colocaba el irónico cintillo sobre cada título de las noticias de boxeo: “Homicidio legalizado”.
Mi silencio cómplice de décadas acompañó aquella incomprensión.
Los argentinos, además, gozamos del ingrato privilegio de la doble lección: Víctor Galíndez, campeón del mundo de boxeo, muerto por un auto de carrera.
Hoy entierran a Guillermo Castellanos y los suplementos y noticieros deportivos parecen hermanarse en el comienzo de la crónica: “otra tragedia golpeó al Turismo Carretera”. Sí, ¿y qué querían? Siempre será otra, y otra…
Aún no hemos escuchado a nadie que pida el fin del automovilismo. Si alguien quiere sumarse a esta sencilla solicitada, aquí estamos.

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