allanamientos afa

Por Pablo Llonto. La jueza Serviní de Cubría, sin dudas uno de los aciagos integrantes del Poder Judicial en el país a la par de los impresentables Norberto Oyarbide y Claudio Bonadío, tiene en sus manos la causa que debería correr el velo y mostrar quién es quién en buena parte de la dirigencia deportiva argentina.

 

Veinticinco sedes de clubes argentinos fueron allanadas la semana pasada buscando libros y papeles que sirvan de prueba para comprobar el mal manejo y el mal gobierno de Julio Grondona y todos quienes acompañaron su triste y desastroso paso por la AFA.

Pese a los allanamientos, la prensa deportiva argentina – con leves excepciones- demostró que no está preparada (o no quiere) meterse a fondo con las investigaciones y el conocimiento de la razón del mal de una gran cantidad de instituciones, AFA incluida. La noticia murió como nació.

No será Servini de Cubría precisamente quién revele el entretejido añoso de reparto de beneficios y método de castigo con el cual Grondona manejó el sistema de distribución, antes y durante Fútbol para todos.

La metodología, usada desde los 90 cuando el monopolio Clarín abonaba menos dinero a la AFA por los derechos del TV, fue el gran secreto a voces de Grondona.

Si el periodismo deportivo se ocupase de ello o se hubiese ocupado, tendríamos noticias y conocimiento de cuál fue el real destino de cada peso.

Pero hoy el periodismo deportivo en general parece mirar para otro lado y deja que ésta y otras noticias se consuman en la indiferencia de las redacciones políticas o sean manipuladas por el tándem grupo Clarín-legisladora Ocaña. Estos últimos sólo pretenden el hallazgo de pruebas contra funcionarios del Gobierno y gozar de buenas tapas falsamente incendiarias.

Las manos culpables del mal uso del dinero se encuentran en las comisiones directivas de unos cuantos clubes. Esta columna viene denunciando el tema desde 2008 en adelante. Pero claro, ni la juez lee Hipercrítico ni a la legisladora le interesa que se difunda el caso como debe ser: apuntando a un sistema viciado y perverso (que quizás no encuadre en ningún delito del Código Penal) pero que explica deportivamente por qué la mayoría de los clubes están como están, andrajosos hacia adentro.

Descripción de los hechos realizada, viene entonces la reflexión inicial: ¿en qué andarán muchos periodistas deportivos que de semejante noticia no se hacen cargo? ¿Así como no se investiga el uso del dinero estatal que va a la Iglesia Católica, a los colegios privados, por qué no se investiga el mal uso de los dineros estatales en los clubes?

Una pequeña respuesta.-

“Dante Panzeri los cagaría a patadas”, escribió un lector, días atrás, de la página web Exitoína debajo de la noticia que, tal vez, explique en qué andan unos cuantos periodistas y seudo periodistas deportivos.

Fue cuando leyó la explicación de Martín Liberman acerca de la ruptura de su relación con Maradona: “Dejé de ser amigo de Diego porque me traicionó en un negocio. Él y Claudia me traicionaron. Yo le traje el negocio de los relojes que Diego usa todos los días”, reveló.

El sabio lector escribió: “Periodistas intermediarios de jugadores, sos periodista o comerciante?

Ay lectores, lectores, cuánto saben ustedes: el día en que se investigue a unos cuantos periodistas deportivos, sabremos en qué andan.