falta de agustín orión

Por Pablo Llonto. Si bien podríamos dedicarles estas líneas al técnico y arquero de Boca, la intención de esta columna, generalmente, es la de sugerir algunos hábitos para que nuestro periodismo deportivo se autocritique o simplemente descienda de sus púlpitos tan soberbios.

 

Con un poco de humildad y otro poco de esmero por las causas populares y el deporte menos profesional y comercial, seríamos bastante mejores. Nosotros y el deporte.

Resulta que después del Boca 3-Unión 4, el tema central fue la expulsión de Orión y el penal cobrado, luego de alguna incertidumbre, por el árbitro Baliño.

La falta de conocimiento del Reglamento que exhibió el técnico de Boca, su show protestón al costado del campo de juego y las quejas por la expulsión de Orión durante la conferencia de prensa, sirven solamente para confirmar que Arruabarrena tiene que serenarse o terminará convertido en uno más del lote de entrenadores que nada dejarán para la enseñanza del deporte limpio.

Preocupante para nosotros es que los periodistas no se lo digamos. Por ejemplo, señalarle durante la conferencia que la Regla 12 del reglamento FIFA para el asunto de las expulsiones indica claramente que una de las 7 infracciones que ameritan la roja es “ser culpable de juego brusco grave”.

Orión cometió juego brusco grave. Como lo cometió ya varias veces (pero aquí, pretendemos ser coherentes y señalar que la reincidencia no debe ser valorada para la sanción), tan grave como su comportamiento lindero con la complicidad, con la barra brava boquense. El comentarista de la TV Pública (Diego Latorre) fue claro al señalar penal durante el relato, y fue claro al deducir que los asistentes del árbitro (incluido el cuarto árbitro) hablaban de juego brusco grave.

El sollozo de Arruabarrena porque “no fue para expulsión, ya que no era último recurso”, no mereció respuesta de los periodistas que preguntaron en la conferencia. Alguien que, por ejemplo, reglamento en mano le dijera: “Vasco, mirá que existe la roja por juego brusco grave”. Con la misma inteligencia, alguien podría decirle que en la Argentina aún no se usa la corrección de jugadas por usar el monitor de TV al costado del campo de juego. Es decir, el reglamento autoriza a los asistentes del árbitro a señalarle infracciones que por su ubicación el árbitro principal no pudo ver o vio de manera desacertada. Y lo pueden hacer sin necesidad de observar televisor alguno.

Bueno es que todo comentarista o cronista asista a los partidos con el Reglamento Fifa en sus manos. O al menos con una copia en la redacción para el momento de escribir los comentarios del lunes, que abundan – esta vez - en imprecisiones.

Uno de nuestros grandes defectos como periodistas deportivos ha sido siempre no recibir lecciones permanentes de reglamento. Bien nos vendrían, sobre todo pensando en los lectores o televidentes u oyentes que no esperan de nosotros otra cosa que un poquito más de verdad y otro poquito más de certeza. En el fútbol, en la economía, en la Política, en todo…

Algo parecido les vendría bien al Vasco y a Orión.