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Por Pablo Llonto. El periodismo deportivo siempre realizó aportes políticos a la Argentina. Más tirando para mal que para bien. No volveremos con la historia de José María Muñoz durante la dictadura, ni con el opio abominable de ciertas redacciones, cuando se realizaban encuestas acerca de “¿cómo vota el deportista argentino?” o las aburridísimas notas de cada dos años, “los deportistas que van en las boletas de los partidos”.

 

Esta vez el mayor aporte quizás sea el futuro ingreso a la Cámara de Diputados de Fernando Niembro. No por la Cámara, que sufrirá una de sus mayores enflaquecimientos de inteligencia y talento, sino por el aporte al periodismo. La ida de Niembro de los micrófonos y pantallas ayudará a que nuevas voces ocupen el lugar de quien, durante cuatro décadas, sólo pensó el deporte como un negocio y un lugar para exitosos. El Bilardo del periodismo deportivo, marchará hacia el Congreso dejándonos…nada, pero nada, en la historia de nuestra prensa.
Pero además del periodismo deportivo nos interesaba conocer cuáles eran las propuestas deportivas de los principales candidatos. Como siempre, costó encontrarlas.

Y tanto costó encontrarlas…que no las encontramos.

Propuestas deportivas, políticas deportivas, menciones al deporte. A ver, a ver, haga usted memoria. En una de esas tiene mejor suerte y, si encuentra una, la arroja para esta lado, así la archivamos en la cuenta del haber.

¿Por qué será? Muchos de los partidos recurrieron al manotazo de colocar triunfadores deportistas en sus listas. Pero ni así pudimos ver al deporte como último punto de las discusiones. Ni siquiera cuando, de a ratos, se rozaba la discusión sobre educación en los pocos debates que se llevaron adelante en los medios.

El modelo nacional y popular al que este cronista apoya, con sus virtudes y sus defectos que desde la militancia debemos corregir, necesita oxígeno y desarrollo en materia deportiva. Empezando por la multiplicación de un proyecto de deporte social que aún adeuda la subida de unos cien escalones.

Lo mismo nos debemos – en los debates políticos – sobre el periodismo en general y sobre el periodismo deportivo en particular. Se sabe que estamos enrolados en la línea teórica del enorme chileno Camilo Taufic que explicaba el rol político que cumple cada periodista, consciente o inconscientemente. Incluyendo desde ya al periodista deportivo. El día en que nuestros periodistas del deporte le suelten la mano lentamente al fútbol profesional y mercantil, a la exaltación del fanatismo futbolero, a los deportes que no son deportes, la calidad de una prensa que se preocupe por la difusión de los deportistas olvidados, los que menos tienen, los que más trabajan, los más humildes, habremos dado el primer gran salto. El otro, quizás sea más lento: lograr una prensa deportiva mayoritariamente comprometida con las transformaciones revolucionarias.