CINCO PREGUNTAS INCÓMODAS PARA EL CONDUCTOR DE CIENTÍFICOS INDUSTRIA ARGENTINA
Adrián Paenza: "Me llevé actividades prácticas a diciembre"

Adrián PaenzaPor Hipercrítico. El destacado periodista que vive entre Chicago y Buenos Aires en esta entrevista responde, entre otras cosas, sobre temas tan diversos como las cuotas de poder de los periodistas y los docentes, su pasión por el deporte y las diferencias entre las dos ciudades que alterna.

 

 

-1 Usted habla bastante de la pequeña cuota de poder de un profesor, ¿alguna vez utilizó esa cuota de manera equivocada y se arrepintió? ¿Cómo fue la situación? ¿Hizo algo para remediarlo?

Estoy seguro que sí la usé, porque no hay manera de no utilizarla alguna vez. También sé que seguramente cuando advertí lo que estaba haciendo o lo que había hecho, me sentí mal y preocupado, e intenté pensar cómo hacer para arreglar lo que había hecho. Pero intuyo también que cualquier persona que tiene algún poder, termina 'malusándolo' en algún momento, quizás en forma conciente o quizás no. La vida cotidiana está llena de situaciones del estilo, aunque más no sea cuando uno maneja un auto y toma decisiones que afectan a otros, o cuando uno elige con quién jugar como compañero en un partido de fútbol o cuando decide como productor general qué periodistas cubren tal o cual partido. Es decir, las cuotas de poder que nos son entregadas, son básicamente injustas, porque si bien hay o hubo alguien que confía en lo que vamos a hacer; creo que en tanto humanos, somos falibles y erramos. En todo caso, la pregunta que habría que hacerse es cómo reaccionamos frente al error y qué medida o medidas tomamos para remediarlo. Lo mejor, creo, es pedir inmediatamente perdón.

-2 Utilizó alguna vez la cuota de poder que posee un periodista de manera injusta. ¿Logró darse cuenta a tiempo? ¿Hizo algo para remediarlo?

Por supuesto que la debo haber utilizado también como expliqué en la pregunta uno. No hay manera de no haber sido injusto en algún juicio, y el sólo hecho de pensar que uno no lo fue, demostraría cuán enfermo está uno, en creer que sus juicios (o aún que la mayoría de sus juicios) fueron acertados. En la medida en que uno opina públicamente sobre la producción de otros, se expone sistemáticamente al error. En este caso, supongo que cuanto mejor preparado está uno para hacerlo y cuánto menos atado está a preconceptos personales, la posibilidad de la injusticia disminuye, pero de ninguna manera creo que alguien esté exento de cometerla.

-3 Usted seguramente fue un excelente alumno en matemática, ¿que áreas le costaron más en el colegio? ¿Alguna vez se sintió un bobo por no entender un determinado tema?

Yo me sentí y me siento un bobo con respecto a muchísimos temas. Todo me costó siempre y mucho. En gran medida me ha costado dibujar o hacer las actividades prácticas y pené mucho con ellas. De hecho, la única materia que me llevé a diciembre en el secundario, fue dibujo de segundo año. Pero
sufrí con la forma en la que se enseñaba la historia y la georgrafía, sentí que no entendía la lógica subyacente en lo que me era informado, y no veía los hilos conductores que estaban detrás, que
'explicaban' los procesos que estudiaba. Y aún dentro de la matemática (la del colegio y la escuela), la sufrí, no tanto porque me fuera mal, sino porque hubo muchísimas cosas que no entendía para qué las hacíamos.

-4 Se dice que detrás de todo periodista deportivo hay un deportista frustrado y algo resentido. ¿En su juventud usted ha sido un patadura en el fútbol y tenía menos deporte que una ojota?

No, no fue así. No era el mejor de mi barrio, pero tampoco el peor. Jugué mucho al fútbol, aún con compañeros y/o amigos que terminaron jugando en primera división, como Carlitos García Cambón, Hugo Bargas, Daniel Carnevali, Carlos Pandolfi, Juan Denegri, por poner algunos ejemplos. No me sentía un 'patadura', sino que me sentía 'frustrado' por no ser lo suficientemente 'bueno' para poder progresar. Pero disfruté mucho de mi época de jugador, aún de pibe: jugaba con la gente de mi edad los sábados por la tarde, y con los mayores, los domingos por la mañana.

-5 Usted divide su vida entre Chicago y Buenos Aires. ¿Dígame que extraña de Buenos Aires cuando está en Chicago y viceversa?

De Buenos Aires extraño mi familia y mis amigos, la pizza y la tertulia. Pero cuando estoy en Buenos Aires, extraño el orden y el respeto que hay en Chicago. En todo caso, y esto forma más parte de mis propias 'miserias', siento que en la Argentina hablo mucho y escucho poco, en cambio en Estados Unidos, las proporciones se invierten: hablo muchísimo menos, y escucho muchísimo más.