Con su flamante “Album para la Juventud Volumen 2”, continuación estética y emocional de un primer volumen que Azione Artigianale, el siempre activo sello independiente creado por Ariel Minimal, había editado en 2006, Ravioli reafirma una identidad construida en base a esa fórmula infalible para los que creen religiosamente en el poder de la canción.

Separándose por momentos de la desnudez de la canción acústica, una zona de alto tránsito en el rock independiente de los últimos años -y cuyo terreno también pisa con firmeza cuando lo decide-, Ravioli explota con creatividad, solvencia y buen gusto las posibilidades de la orquestación en el pop –aquello que Brian Wilson hizo siempre de manera inigualable- para potenciar aún más su preciosa poética.

Acompañado por un nutrido grupo de aventureros musicales - Fernando Pereyra (guitarra eléctrica), Alejandro Carrau (piano, piano eléctrico, órgano Hammond), Marcos Rocca (bajo) y Lucas Herbin (batería, percusión); Andrés Ravioli (trompeta), Rodrigo Guerra (trombón), Paloma Schachmann (saxo alto, clarinete) y Pablo Romagnoli (saxo tenor) -, Ravioli se ha despachado con un disco excelente cuya edición otoñal es notablemente oportuna: son temas de amor, desencanto, nostalgia y melancolía –la suma clásica del porteño sensible-, ideales para escuchar en esas tardes de vidrios empañados. 

Este viernes a la medianoche, mostrará su nuevo repertorio y alguna que otra de sus no tan viejas joyas en el Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543). Mientras afila las uñas para ese show altamente recomendable, Ravioli ya prepara las canciones de un futuro tercer disco que promete ser más crudo, con menor bagaje instrumental que sus dos predecesores. Si todavía les quedan dudas, se aconseja pasar por http://www.myspace.com/raviolinet. Chequeen la belleza de temas como “Benteveo” y “Son días felices” y empiecen a imaginar el resto.

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