LA CRÍTICA INTERNACIONAL SE RINDE A SUS PIES
Regina Spektor: en pleno ascenso

Regina SpektorPor: Alejandro Lingenti. Hace tres o cuatro años, Regina Spektor se presentaba en pequeños bares neoyorquinos sola con su piano. Nunca había en esos modestos conciertos más de cincuenta personas. Pero las cosas han cambiado radicalmente: este año editó un disco producido por Jeff Lynne (Electric Ligh Orchestra, Travelling Wilburys), estuvo en el programa de David Letterman, tocó y tocará en salas de todo Estados Unidos (en septiembre tiene shows programados en Chicago, Boston, Filadelfia y Minneapolis) y Canadá, firmó un contrato con Vodafone para que la poderosa compañía telefónica use uno de sus temas en un comercial y logró que buena parte de la crítica internacional se rindiera a sus pies. Y todo en un período lo suficientemente breve como para que algún malicioso de los que nunca faltan la compare con Katie Melua, la chica nacida en Georgia que saltó de un concurso cazatalentos de la TV inglesa a los primeros puestos de los charts británicos con una fórmula mucho más soft que la de Regina.

Melua es algo así como la versión femenina de Jamie Cullum, un invento pasajero, mientras que Spektor -aunque hoy todavía esté realmente muy lejos de esos modelos- mira de reojo a Bjork y Kate Bush, dos artistas consumadas. Nacida en Moscú, hija de un matrimonio judío de músicos aficionados, Regina abandonó su país en 1989, cuando el impacto de la perestroika empujó a muchos rusos a emigrar. El destino elegido fue muy oportuno: en Nueva York conoció a Julian Casablancas de The Strokes y, de allí en más, todo fue en ascenso. De grabar dos discos en forma absolutamente independiente -de hecho, aparecieron editados por el sello "Regina Spektor"- saltó a Sire, el mismo que editó a los Ramones y a Talking Heads y hoy es parte de la multinacional Warner. El año pasado, una de sus canciones, la preciosa "The Call", se hizo famosa al ser incluida en "Las crónicas de Narnia: el príncipe Caspian".

Hoy, con "Far", Regina Spektor camina firme hacia una popularidad que quizás coronaría con un Grammy. Lo interesante del caso no sería que acertemos con ese pronóstico superfluo, sino que podamos comprobar que todavía alguien se las pueda arreglar para colarse en la arena de la industria con un discurso artístico menos chato que los que son moneda corriente. Si el mainstream se mantuviera apoyado en canciones como "Genius Next Door", "Laughing With", "Eet" y "Folding Chair" estaríamos menos alienados, se los aseguro.

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