TÁCTICA ELECTORAL
Campañas aire vs. campañas tierra

Quinto Cicerón y políticos argentinos en campañaPor: Adriana Amado. Estamos en un año intensamente electoral, y ya vamos viendo el despliegue de comunicación que hacen los candidatos incluso para elecciones que no resuelven los votantes. Este año más que en otros comicios se plantea el protagonismo de las redes sociales, especialmente entre quienes las usamos intensamente. Pero en la efervescencia que genera la comunicación 2.0, se pierde de vista que hay vida más allá de internet.

La especialista mexicana en campañas @GiselaRubach planteó en la reciente Cumbre Mundial de Comunicación Política el dilema ¿campañas de aire o campañas de tierra? La mayoría de los consultores y publicistas no dudan en prescribir avisos, entrevistas en medios, Facebook, pegatinas de los candidatos en cuanto centímetro cuadrado quede disponible en la ciudad. Es decir, mucho aire. Pero ya sabemos que no solo de aire vive el político. Por eso, también volvieron a inaugurarse unidades básicas, casas compañeras, o el nombre creativo que se le dé a los lugares de convocatoria partidaria. O sea, tácticas de tierra. No en vano, nos recuerda Rubach, ya decía Quinto Cicerón, 64 a.C., que la mejor manera de ganar votos es “Dando la mano al elector, mirándolo a los ojos, llamándolo por su nombre”.

A la luz de los resultados de estos últimos días, no debería despreciarse el efecto que las tácticas terrenales ejercen en el clima electoral. Por ejemplo, Daniel Filmus, recientemente favorecido con la candidatura a alcalde porteño, no dudó en abandonar su frialdad de técnico en educación para cortar calles con el “colectivo militante” con la excusa de ofrecer peñas  a los vecinos con artistas y videos de esos que están preparando para cuando pidan al Vaticano la beatificación de Néstor. Además de discursos y agradecimientos, en el escenario móvil se presentan grupos y cantantes que repiten su clásico repertorio de protesta aunque ahora no rezonguen contra el poder, sino más bien lo contrario. En cualquier caso, ¿cómo no vas a ir a escuchar a Peteco si va a tocar acá a la vuelta, en Chile y San José?  De paso, te ves con los vecinos, bailás una zambita y te comés un choripán (hay que aprovechar ahora, antes de que salga la ley Cabandié contra la comida chatarra, y después repartan manzanas y mandarinas en reemplazo del sánguche político por excelencia). ¿Quién se va a perder la fiesta? En provincia se complica un poco más que en Capital, porque a la logística de la fiesta, hay que sumar los vales de nafta y los micros para asegurar los traslados. Pero en el peor de los casos, organizar un acto para unas cien personas cuesta casi lo mismo que un segundo de publicidad en horario central. Y con un segundo, se sabe, no hacés nada.

Es cierto que la logística de tierra es un poco más esforzada, pero también es más simple que la de la campaña de aire. Conseguir notas en medios de comunicación no es fácil, a menos que se esté en la lista de los benefactores de esos medios que agradecen la pauta con notas. Claro que ahí lo difícil es conseguir lectores, que escasean cuanta más obsecuencia con el poder muestra el medio. Ni qué decir de las redes sociales. Todos quieren tener dirección en Twitter. Pero los resultados electorales parecen ser inversamente proporcionales al número de seguidores. Por caso, el gran perdedor de la pseudo interna del FPV @BoudouAmado lidera las preferencias tuiteras con 73.474 seguidores (al 23 de mayo), que no llegan a sumar juntos la fórmula @FilmusDaniel (38.641), @CarlosTomada (12.871). Los resultados de la interna de Santa Fe tampoco guardan relación con la actividad tuitera: en Twitter lidera @AgustinRossi (con 38.151 seguidores); seguido de lejos por @MiguelDelSelOK (6.550) y @omarperotti (990). Y el último entre los tuiteros es el que sacó más votos, el  socialista @AntonioBonfatti  (793). Claro que todo el tiempo la cifra de seguidores se incrementa pero para que entendamos las dimensiones de las redes, Pedro Alfonso, ignoto productor/participante de “Bailando por un sueño”, tiene 306.953 seguidores en Twitter, siete páginas de apoyo en Facebook y 43.465 amigos en su página oficial. Interesados que no juntan todos los de la interna en sus páginas: Filmus (18.999 fans); Boudou (22.751 fans); Tomada (834 fans); Rossi  (18.936 fans); Perotti (7.837 fans) y Bonfatti  (4.999 amigos). Miguel del Sel no tiene página.

Es que a los políticos se les escapa la lógica de las redes que demanda más respuesta que mensaje. Como bien explica Beatriz Sarlo en La audacia y el cálculo, están convencidos de que tienen que estar pero no pueden superar la lógica de la pegatina partidaria y el autobombo.  La política argentina con más seguidores es Cristina Fernández (410.882 al 23 de mayo), pero Jorge Rial tiene 623.626 atentos seguidores. La  primera desde su inicio envió 725 tuits. El periodista más de 14 mil. Los reinos del aire y de la tierra no tienen las mismas reglas.
 
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