EL REY Y LOS PRESIDENTES EN LA CUMBRE DE CHILE
Puro teatro para la gilada

Tapa Clarín Domingo 11 de noviembre 2007Por: Luis Majul. El “¡Por qué no te callas!” de Juan Carlos; el “No me tomes por boludo” y el “te pasaste de la raya” de Néstor; la acusación de fascista de Hugo Chávez a José María Aznar y la decisión de Tabaré de aprobar el inicio de actividades de Botnia constituyen sobreactuaciones “para la gilada” y no sirven para nada bueno. Ninguna fue espontánea y tienen como objetivo llevar agua para el molino de cada uno de los protagonistas.

El Rey Juan Carlos, único representante de una monarquía en una cumbre de países republicanos y democráticos, hizo su paso de comedia de mandar a callar al comandante y después pararse e irse porque sabía que amalgamaría a una buena parte de España detrás de aquel gesto grandilocuente.

La difusión de las dos frases de Néstor fueron divulgadas a la prensa a través del vocero del Presidente, Miguel Nuñez. Hay serias dudas sobre si fueron en efecto pronunciadas. De hecho, el cruce fue en un pasillo camino al baño y los voceros del Presidente del Uruguay reproducen el desencuentro de una manera distinta. Sin palabras subidas de tono ni frases de compadrito. Al Jefe de Estado argentino le conviene la publicación de esa guapeza. Muchos argentinos lo interpretarán como un acto de defensa del medio ambiente, y olvidarán así el cúmulo de errores políticos que cometió el gobierno alrededor del asunto antes del arranque de la pastera.

Al Presidente de la Repúblicana bolivariana de Venezuela el escándalo le viene como anillo al dedo. Lo utilizará para instalar uno de los temas que más le interesa: lo que interpreta como 500 años de colonización y sometimiento del Imperio Español contra los pueblos latinoamericanos. Una vieja pero efectiva coartada populista, que divide en dos partes exaltadas a una Venezuela crispada entre quienes aman y quienes odian a Chávez.

Tabaré debe estar tranquilo y feliz. Basta repasar por encima los medios uruguayos para comprobar que ahogó la reacción de la oposición, que lo venía acusando de blando y dubitativo. También envió un mensaje a Botnia, cuyos ejecutivos lo criticaron por lo bajo cuando decidió postergar la autorización para empezar, y a los capitalistas que siguen viendo a Uruguay como un lugar seguro para depositar su dinero.

El Rey y los presidentes gritaron y cacarearon para sacar provecho y mejorar su posición relativa. Ninguno de estos pequeños escandaletes hará a España más generosa, a los argentinos menos pobres y más concientes de la contaminación, a los venezolanos más revolucionarios ni les mejorará a los uruguayos su calidad de vida.

Los medios deberíamos aprender la lección y analizar con más cuidado los hechos, en vez de limitarnos a amplificarnos, para beneficio exclusivo de los poderosos de turno.

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