UNA DENUNCIA LA CORNISA (R)
Los remises más caros del mundo

remises - Ciudad de Buenos AiresLuis MajulA continuación, se reproduce una investigación que fue realizada por Luis Majul para el estreno de La Cornisa (r), que se emite de lunes a viernes, de 16 a 18 horas, por La Red (AM 910). La maniobra fue confirmada por el jefe de Gobierno de la Ciudad Mauricio Macri en el mismo programa.

Es un verdadero escándalo. Una estafa que le costó a los porteños millones de pesos. Se lo podría llamar El caso de los remises más caros del mundo. Si no fuera tan grave, provocaría risa. Hasta ahora se mantiene en secreto. Salpica a empresas con manejos poco transparentes y a altos funcionarios de la Subsecretaría de Higiene Urbana la gestión de Jorge Telerman.

Todo comenzó a principios del año pasado, cuando la Dirección General de Limpieza llamó a concurso para transportar  a un grupo de inspectores cuya función es controlar a las empresas que auditan el trabajo de los recolectores de residuos.

Ingredientes

Los ingredientes del escándalo son desopilantes:

1) El pago de una cifra desmesurada comparado con el servicio que prestaban: un promedio de 600 mil pesos por mes para transportar a no más de una docena de inspectores.

2) El uso de autos de alta gama, cuando no había razón para ello: Aunque su supuesta y desopilante función era controlar a los auditores de las empresas de basura, los inspectores pedían y utilizaban “vehículos de alta gama” como el VW Bora, el Chevrolet Astra, todos full, con provisión de combustible y mantenimiento incluido, modelo 2007”.

Pero lo más curioso es que los de más alta gama debían estar disponibles también los sábados, día en que no se recogen los residuos

3) Un expediente trucho: El expediente con las contrataciones, las órdenes de pagos y las características del servicio constaba de apenas una foja, lo que revela la desesperación por hacer el negocio y la desprolijidad de quienes lo impulsaron y aprobaron.

4) No más de 200 mil: Las facturas de cada una de las empresas jamás superaban los 200.000 pesos por servicio, con el objeto de sortear los controles de la Contaduría General. Sabían que, una vez superada esa suma, podían ser objetos de una investigación que terminara con el negocio.

5) Ni mu: Cuando el 17 de diciembre pasado el nuevo gobierno declaró prescindible el servicio, las empresas no patelearon, ni amenazaron con hacer juicio al Estado.

Al interrumpir el contrato, el gobierno de la ciudad frenó el pago de casi 4 millones de pesos, más de un millón de dólares.

6) Licitación trucha: Para aparentar una licitación transparente, la Dirección de Limpieza pidió más presupuestos y una rápida investigación determinó que uno de esos presupuestos pertenecía a una empresa de…¡catering!.

Estas son algunas de las empresas que están bajo la lupa:

Area 21 SRL: Solo desde agosto hasta noviembre del año pasado, facturó 892.000 pesos.

Cooperativa 23 de febrero limitada: Esta organización está siendo investigada porque no solo participó de este extraño negocio. Además, entre otras cosas, facturó 160.000 pesos por reparar el piso y restablecer el sistema eléctrico de una oficina del gobierno de la Ciudad de 5 metros por 6 metros. Los funcionarios de Macri creen que su titular es un puntero político del barrrio de Villa Lugano.

Construcciones Tango: Su titular se llama Abel Osvaldo Flores, y la empresa, que, como su nombre lo indica se dedica a la construcción, facturó 538.000 pesos solo entre agosto y noviembre de 2007 para alquilar sus autos a los benditos inspectores de residuos.

Urbano Buenos Aires, SRL: Esta empresa cobró 336.000 pesos entre agosto y noviembre y es la que se constituyó después de prestar sus servicios.

Los funcionarios de Telerman que pusieron la firma a semejante negocio son el entonces Director General de Limpieza, Mario Billubi y Carlos Pereyra, como Director General de Política de Reciclado Urbano.

El actual subsecretario de Higiene Urbana, Gustavo Grasso, elevó el caso a la Procuración para que lo analice y lo eleve a la justicia penal.

Un pequeño datos más: ahora los inspectores municipales cumplen el mismo servicio, pero a la ciudad no le cuesta un peso. Es porque comparten los autos de otras dependencias que hasta hace poco estaban parados o que eran utilizados por otros funcionarios para asuntos personales.

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