Más allá de que a uno pueda parecerle una burrada y un pifie que se calce un pasamontañas para entrevistar al líder Mapuche en pleno noticiero, hay que bancar a Nico Repetto. ¿Por qué dirá? ¿Por qué simpatizar con un conductor que ya viene de otra tomada de pelo al ser argentino, cuando compiló en un tape al voleo de la crisis del 2001, que él vivió en pleno año sabático en Europa, yendo en moto, melena al viento con su bella esposa? ¿Por qué hay que bancar a periodistas como él –porque es un periodista, mal que le pese a muchos-, habiendo tanto colega reconcentrado, atinado y siempre con un discurso ambientalista, integrador, medido y sensato? ¿Por qué poner la espalda por este loco, que baja línea enfocada a una doña Rosa que, nos parece, es más cajetilla que la otra doña Rosa, y vive en Libertador y Tagle? ¿Por qué dirá, con razón, por qué soportarlo y darle un “me gusta” moral?

Bueno, la verdad de la milanesa es que NIco Repetto ha puesto en evidencia que, apenas algo se sale de nuestra órbita ideología, o tiene un tufillo de representante de la artistocracia, lo queremos bajar de un hondazo. Podemos tolerar que se hable de fellatio a las dos de la tarde, que se hagan chistes de infidelidad, que se cuelguen trapitos al sol de gente seria pero si Repetto baja un discurso social le tiramos con ametralladora.

Y qué le vamos a hacer: es su estilo. Hay que aceptarlo, es como dice el slogan de una radio: “amplitud de verdades”. Además, por cosas así, le han dado un puñado de Martín Fierro. Pero ahora, para el corazoncito argentino, Repetto es un traicionero. Un vende patria. Y cuando las papas quemaron en la crisis, él se fue. Por eso, sentimos el pasamontañas como una doble traición: primero se burló de nosotros, ahora se burla de nuestros pueblos originarios en el momento más delicado de su lucha. ¡La hoguera para él!

Sin embargo, Repetto es uno de los pocos periodistas que, nos guste o no, dice lo que piensa libremente, caiga quien caiga –sobre todo, él-. Además, representa a miles que creen que un mapuche con pasamontañas es un terrorista encubierto.

Voy a decirlo de una vez: Admiro su capacidad para meter la pata y ponerle el pecho a las balas. Meterse con el espíritu intolerante del argentino y exponerse a quedar como un pelele, tener un acto de arrojo así, en vivo y en prime time, hay que tener tarlipes para soportarlo. Por eso, Nico: seguí calzándote todos los pasamontañas que quieras. Seguí haciendo ese periodismo que se burla como un niño, de todo límite moral, yo te banco. Pero no miro tu programa.