En la ruleta imprevisible de videos virales del año, se multiplicó milagrosamente una entrevista de 1987 a Roberto Gómez Bolaños, el creador del Chavo del 8 y se contagió como bacilo de la gripe. Allí se lo ve a Chespirito ponderando al Chapulín Colorado por sobre los otro supehéroes. Valorando su entrega a pesar del miedo, y a pesar de no tener poderes. Mientras que el resto de los superhéroes de capa y tecnología de punta made in Marvel, las tienen todas a su favor. “el Chapulín Colorado se muere de miedo, es torpe, débil, tonto... y consciente de esas deficiencias, se enfrenta al problema. ¡Eso es un héroe!”, le dijo en una entrevista de 1987 a Jorge Guinzburg en “La noticia rebelde”.

La ponencia de Bolaños aún en medio de un reportaje mitad joda mitad serio, lo elevó a la categoría de sabio viral –esos pensadores que tienen sus cinco minutos de fama, a raíz de un videíto inmortalizado por infinidad de compartidos en redes-.

Sin embargo, Chespirito –los mexicanos lo saben bien- siempre fue mucho más que el humorista detrás del Chavo y el Chapulín Colorado –un programa que lo tuvo 25 años seguido en cartel y por el que, dicen, recibió en vida 1700 millones de dólares de la cadena Televisa-. Bolaños fue poeta, redactor de avisos publicitarios, dramaturgo, e influencer cuando aún no existía la palabra. Lo hicieron participar del Congreso de la Lengua en los ’70 donde se cruzó con García Márquez, fue defensor del Partido Acción Nacional en México, fue firme opositor contra el aborto y tras tener seis hijos con su primera esposa se sometió a una vasectomía antes de ponerse en pareja con su compañera de tira Florinda Meza. Lo acusaron de humor machista, violento, y discrminador, lo acusaron de infiel y hasta de actuar en la fiesta de un capo narco. Pero Bolaños, la prédica de Bolaños trasciende todo. Acá algunas perlitas de otros reportajes de nuestro nuevo sabio viral.

“Lo primero de lo que yo me burlo es de mí mismo. Lo he hecho siempre. Evito burlarme de lo ajeno. Tampoco de otras tendencias sexuales.”

“Yo siempre he mantenido como teoría de mi humor el factor importantísimo del lenguaje. Es un problema de semántica. Los significados de las palabras cambian según el lugar. Algunas palabras no solo tienen sentidos distintos sino opuestos”.

“Siempre evité el autoelogio o el intentar destacarme yo. Yo quería siempre un grupo y que todos destacaran, yo decía que el que me sobraría sería aquel que no destacara, el que no fuera brillante pues, adiós y lo siento.”

“La fórmula del fracaso es tratar de halagar a todo el mundo. Pretender que los programas lleguen a todos los públicos lleva a eso. Lo que sí pienso es que se ha degenerado un poco toda la televisión del mundo... Nunca me guié por el 'rating', ni por encuestas, ni por lo que quería el público. Yo hacía lo que a mí me gustaba, esperando que moviera mucho público que compartiera mi gusto. Afortunadamente lo conseguí”.

(Sobre el aborto) “que la mujer es dueña de su cuerpo, es una mentira muy grande, ni el hombre ni la mujer es dueña de su cuerpo, hay un montón de pruebas y pongo un ejemplo siempre: si se sube al edificio de diez piso una mujer y se quiere tirar, intentarán impedírselo todos, ¿por qué, si ella es dueña de su cuerpo?”

(Sobre la atribución de Quiko de ser el dueño del personaje) Yo no lo considero deslealtad, la gente tiene derecho a ascender, él no lo hizo correctamente, pero no pasó nada. Él puso una demanda en México y yo la gané con facilidad, porque los argumentos a mi favor eran del 99 %. Yo soy el creador del personaje y podría haber impedido que él actuara en otros países, pero no lo hice. Y si el personaje le sirve para vivir, qué bueno, a mí no me hace daño. A la serie un poquito, porque la desvirtúa. Cuando me hicieron un homenaje en Televisa él vino y me dio un abrazo y me dio una disculpa. Dos días después habló mal, pero bueno... El peor defecto del ser humano es el rencor. Que le vaya muy bien a él y a todos.

“Estoy acostumbrado a ser discriminado por los intelectuales”.

“Ni soy ni me gustan los payasos de tiempo completo. Uno debe tomar la vida en serio pero el buen humor no choca con la responsabilidad. Evito la payasada cotidiana, pero sí tengo buen humor”.

“Le tengo más miedo a mis palabras. Cuando me peleo y digo cosas, sufro porque me pregunto cómo fui capaz de herir con intensidad. Afortunadamente cada vez es menos frecuente”

“no soy drogadicto ni narcotraficante; no he matado ni he herido de gravedad a nadie; no he robado; soy heterosexual; no tengo nada que atraiga mucho a las multitudes”.