Lunes. Mataron al embajador ruso en Turquía. Por la tarde, fui a nadar.

Lunes, más tarde. "El Señor Embajador dirá unas palabras sobre la obra y el artista." Cuál era el nombre de la muestra? ¿Cómo se llamaba el artista? Usted se identifica: 1. Con el embajador. 2. Con el tirador. 3. Con el artista. 4. Con el que filmaba y salió corriendo. La policía turca mató al policía turco que mató al embajador ruso ¿que presentaba a un artista ruso?La cámara siguió filmando. Ella insistía para que el tirador se suicidara. Él prefirió hablar. Ese resto, ¿es la decepción de la cámara? ¿Escuchan ese ruido rítmico? Es Žižek faenando con su tipeo los hechos del día. Respirá, Slavoj, que si no te vas a hacer mal.

Martes. Internet vs. la función simbólica del padre. Así están las cosas. El deseo incestuoso de la web es el deseo de gozar todo, de tenerlo todo, de ser todo, de saberlo todo, de controlarlo todo. El deseo incestuoso de la web cuestiona la voz del padre que sanciona una ley que pone un límite a la experiencia humana. Si la voz del padre introduce en lo humano la experiencia de lo imposible, eso a la web no le gusta. Internet funciona evadiendo, reformulando, saboteando, la ley del padre, la imposición de un límite. En eso profundamente romántica y suicida. Sí, transgrede y deforma la idea de democracia palanqueada por la herramienta del narcisismo, por la ansiedad, por la abundante imbecilidad. “Aquí usted es todo” dice Internet. Así los avances de la filosofía del lenguaje y del giro lingüístico son rápidamente eludidos, que se propone como socialismo utópico. La web, y las redes sociales, atrasan conceptualmente, más de un siglo. Sería deseable que sus usuarios conocieran este desfase. Pero ellas atrasan porque nosotros atrasamos, porque seguimos siendo románticos, modernos, recién llegados y anonadados principiantes del alma humana. Así, Internet puede proponerlo todo salvo una lectura de sí misma. Hermenéuticamente es ciega, porque es una máquina, como un termotanque que en vez de calentar y bombear agua, calienta y bombea la sangre de nuestra neurosis.

Miércoles a la noche. Llegó mi madre. Cenamos. Mis hijos no estaban. No hablamos de libros. Escuchamos Schubert. Me dijo que mi padre habría derribado todas las casas que construyó para poder seguir construyendo otras. Es el ser más incomprensible que conozco.

Jueves. Me voy a pasar navidad al campo.

Viernes. “La gente buena está destruyendo al mundo” escribió Guerberoff en Twitter.

Sábado. Navidad, una vez más. Nunca recibí muchos libros para Navidad. Ya los tenía de antes.