Lunes. Cuando estuve en La Plata, pasé por la casa de Ricardo Barreda. Tiene un portón negro y dos ventanas todas pintadas con grafitis viejos y recientes. En el portón se lee en letras blancas “asesino.” Arriba, casi en el centro de la fachada, hay una frase mucho menos previsible: “no a los museos.” ¿Qué significa esa frase ahí? Me convoca y a priori, si terminar de entender, estoy dispuesto a respaldarla, sabiendo que trabajo en un museo, o quizás por eso mismo.

Martes. Cuando comenté mi visita a La Plata y a la casa de Barreda en Revista Paco, la discusión llegó hasta el ciclo de tele Sin Condena que hacía Rodolfo Ledo en canal 9. Ledo era una especie de Roger Corman con campera de cuerpo, anteojos de vidrio verde y gorra. Un Corman ubaldinizado. El programa que le dedicó a Barreda no está en YouTube. Me gustaría verlo otra vez. Recuerdo que Norman Brinski hacía del odontólogo homicida. La escena que más me quedó es la de Barreda agarrando la escopeta, saliendo de cuadro, la habitación queda vacía, se escuchan los tiros y los gritos, Barreda volviendo, guardando la escopeta y finalmente cebándose un mate. Bañez escribió una novela muy breve, Octubre amarillo, sobre la relación que Barreda tenía con la bruja y astróloga Hilda Bono.

Miércoles. No leo nada. Pero ya es imposible no leer nada. Hoy siempre algo se lee. UN residuo, un resto de escritura que siempre nos llega, nos intercepta. Pero ¿qué leo? Escribo en Twitter: “El feminismo hoy es un narcisismo.” Y enseguida leo que alguien escribe: “La revolución será feminista.” Las redes sociales parecen haberse convertido en un ejemplo, el mejor ejemplo, diría, de tecnología que hace regresar la historia.

Jueves. Este cumpleaños número cuarenta y dos me encuentra leyendo La maravillosa historia de Peter Schlemihl de Adelbert Von Chamisso, con traducción de Pablo Gianera, que también cumple años hoy. Schlemihl cambia su sombra por una mítica bolsa inagotable de oro. Obviamente, la falta de sombra lo hace un ser aborrecible y vive con melancolía y dolor todas las riquezas que logra sin esfuerzo. La primera escena donde, en un día de campo con millonarios, conoce al hombre que le compra la sombra está muy lograda. La novelita parece escrita ayer, o hace cien años, y es de 1815. En ese momento, nacía la independencia argentina, pero no termino de entender si con o sin sombra.

Jueves, más tarde. Me regalaron una remera donde Mr. Meeseeks, el personaje de Ricky & Morty hace de Jack Nicholson haciendo de Jack Torrance en una película de Kubrick basada en un libro de Stephen King. Sin duda, es una síntesis. Alejo me regaló una cerveza artesanal que se llama Me pateó la burra. La etiqueta es muy colorida y simpática.

Viernes. Leí en Twitter que a partir del lunes 1 de enero, todos los adultos habrán nacido en el siglo XX y todos los menores de edad en el siglo XXI. ¿Habrá redistribución del goce en el 2018? ¿O cada cual gozará como venía gozando con un agregado inflacionario a definir? ¿Tendremos que dejar actuar a los mercados?