Lunes. Los lectores literales no entienden los sacrificios de la democracia. Quieren ser más democráticos que la democracia. Pero son ignorantes, impacientes y arrogantes y promueven los experimentos políticos extremos. Cuidar la democracia implica distribuir el ingreso. Una democracia que concentra el capital prepara el terreno para el final de los derechos. Pero también hay que cuidarse de las lecturas literales. El totalitarismo ¿no brilla más en la oscuridad de las democracias poco representativas? La clave es la representación, la metáfora, la sinécdoque democrática. Sin embargo, es la democracia directa la que fomenta la ignorancia, no los totalitarismos. Es el estado de derecho el que ablanda a los hombres otorgándoles derechos por los que no pelearon y de los que muchas veces desconocen toda historia. La democracia directa es un sistema imperfecto, sí. Los que dicen que es perfecto son los que se benefician de su imperfección. La democracia gusta mientras no muestre la cara aberrante del hombre. Hay, entonces, una higiene de la democracia.

Martes. Le debía dinero a Bob Chow así que fui a su casa a pagarle. Me habló de su padre, de Jujuy, de la vejez, de sus hijos. Después volví caminando y conseguí Lo real de James en una traducción argentina. De sus cuentos es el que más me gusta.

Miércoles. Ayer, Premios Clarín de Novela. Se hizo en la sala Casacuberta, del teatro General San Martín. Le dieron una especie de segundo premio a un cubano negro, de gorra y remera de Games of Throne. Y el primero a un hombre delgado, calvo, de camisa blanca. Por el sistema de audio pasaban una música épica, como si se tratara de un programa de tv. Había bastante gente. La música, rimbombante, groseramente incidental, sacada de una película rara de Disney, intentaba crear un clima de expectativa pero lo que generaba era un ambiente artificial, grotesco.

Jueves. Titular: “Antártica: Científico ruso apuñaló a su compañero en el corazón porque le contaba el final de los libros.” Sobral decía que para ir a la Antártida se necesitaba una buena biblioteca. Más tarde, la lectura literal es engañada muy rápido por cualquier demagogia. “Puede fusilarte hasta la Cruz Roja” cantaba el poeta. Tengo la sensación de que si ordeno mis libros de forma física, en un estante, en una biblioteca, voy a leer mejor. No sé si esto es errado o acertado. No logró despejar esa duda. Tampoco logro ordenar mis libros.

Viernes. La literalidad, un mal de época. ¿O siempre estuvo ahí? Pero ahora se lo ve más. ¿Amplificación de la lectura literal por el uso de redes? ¿Más democracia, más equívocos? Los niños no son literales. Menos los locos. Pero los adultos se infantilizan cuando leen de forma literal. En la metáfora y la metonimia está la lectura adulta, o la negación de la lectura. La lectura literal es producto de la pobreza de experiencias y de la ignorancia. En política deriva en un voluntarismo que puede ser patibulario. Al mismot tiempo, un demócrata definitivo sería el funcionario suicida. Sirvo al triunfo del bien, cuando no sirvo más, me autosuprimo. Dinero y democracia, una relación de los bordes. El régimen que prometa una democratización total de los saberes y los derechos va a ser una dictadura. La red ayuda. Encima, sin paciencia, no hay democracia. De hecho, la democracia no se entiende desde la ansiedad. En una democracia mejor la televisión habría sido la adicción perseguida, la droga prohibida.