Opina Deporte

Tres hechos de la semana que pasó pueden servir para mejorar el deporte y el periodismo en los próximos años. Dependerá si: a) se convierten en anécdotas de aquellas que sirven para la jactancia histórica de los comentaristas, b) se transforman en ejemplos de aquello que no hay que hacer y c) las atraviesa la indiferencia de un mundo que se debate entre el consumo y la digna vida.

Día tras día la deprimente monotonía de la prensa deportiva argentina obliga al recurso conocido de buscar en las páginas extranjeras un poco de consuelo. Juan Irigoyen es un periodista de El País de España que dedica cierta parte de su tiempo al deporte femenino como aquí no sucede. Él ha publicado hace unos días un artículo sobre las múltiples agresiones que los futbolistas reciben en las redes sociales y cómo se generaron espacios de resistencia y de protesta en manos de ídolos europeos.

A treinta años de la Declaración de Windhoek (por ella las Naciones Unidas consagran el 3 de mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa), aún quedan periodistas que rebuznan un concepto elitista: la libertad de prensa es para los medios de comunicación y para quienes llevan el mote de periodistas.

El fallido (grave) del periodismo deportivo argentino que anunció el lunes 26 de abril de 2021 a las 14.30 la muerte de Carlos Timoteo Griguol, y luego debió publicar que no era cierto, no es otra cosa que uno de los disparates más habituales de esta querida profesión.

Al amparo de las más odiosas consignas individualistas, el credo del “yo me salvo…” se repite – salvo excepciones- en las aristocráticas oficinas y viviendas de los que más tienen. O en los recién enriquecidos.

Golpeado por las últimas noticias de la pandemia y la muerte, el periodismo argentino, con la prensa deportiva a la cabeza, mantiene sus posiciones divididas.

El caso Riquelme y su miniaparición en la cuenta Boca Predio, luego desparramada en el canal oficial boquense por YouTube, despertó una mediana ira en algunos comunicadores irritados por la falta de apertura del ahora dirigente para responder preguntas. (Olé el pasado lunes publicó las supuestas cincuenta preguntas que los hinchas querían que el ídolo contestase)

Podríamos decir que llegan tarde, o que “mejor tarde que nunca”. Lo cierto es que el gesto de la dirigencia de Boca de alguna manera recompone el corazón herido de miles de miles de hinchas que en los tiempos de Macri y Angelici maltrataban cualquier política de memoria y de repudio a los genocidas. No le pidas pan al hambre, ni chocolate a la muerte cantan bien las mexicanas. 

Tiempos de escasez periodística. Pocas notas y cero producciones especiales colocan a esta parte de 2021 bajo el viejo interrogante: ¿Qué miramos? ¿Qué leemos? ¿Qué recomendamos?

La solitaria campaña que unos pocos periodistas mantenemos desde hace dos décadas para que la prensa deje de ubicar a la llamada UFC como actividad deportiva y la coloque entre las actividades delincuenciales, recibió estas semanas dos fundamentos más.