Qué duda hay en la elección de Juan Manuel Del Potro como deportista del año. Para quienes no medimos solamente resultados, la pasión del tandilense, su respeto con el ejercicio del deporte y su dedicación después de la extensa lesión en la muñeca y de sufrir cuestionamientos y abucheos lo ponen en el podio de la “revancha”. Y bien ganada la tiene, especialmente frente a un periodismo insaciable.

Lo mismo merecía este Olimpia de Oro si no hubiese logrado la Davis, porque la medalla de plata en Río (es decir un segundo puesto) había que festejarlo, como hay que festejar los subcampeonatos y los terceros puestos mal que les pese a los bilardianos.

Pero también hubo peores. Horribles. Gente que hizo méritos para ganarse un lugar en la tabla de los pavorosos. Mucha gente. Y digamos que de la mezcla del horror, sacamos tres dirigentes, uno de ellos con aspiraciones nuevamente de futbolista:

1.- Juan Sebastián Verón. Porque cometió, horas antes de finalizar el año, una de las barbaridades más repelentes del deporte. Contratarse a sí mismo, abusar de su condición de dirigente y del respaldo con que cuenta de un sector de los hinchas, para ejecutar un capricho absurdo. Si quiere jugar (algo a lo que tiene derecho) debió renunciar a su cargo de directivo. Importa un bledo si el salario mínimo que cobrará será donado a las divisiones Inferiores. Porque ése además es un gesto demagógico que no deja ninguna utilidad al club.

Esta falta de toda ética, demuestra por qué estamos como estamos a nivel dirigencial (salvo excepciones).

Y demuestra que pocas pelotas tienen los periodistas deportivos para criticarlo.

2.- Marcelo Tinelli. Porque el vice de San Lorenzo se acuerda ahora, cuando gran parte de los clubes están en la lona, que el Gobierno de Macri es responsable de la falta de pagos, de la cancelación de Fútbol Para Todos, del incumplimiento de contratos de TV firmados por el estado. Claro, que Tinelli no va a decir todo el respaldo anterior que brindó para que desembarquen los que finalmente desembarcaron con el cuchillo entre los dientes bajo la consigna: a privatizar todo lo que se pueda. Este llanto de fin de 2016, no es creíble.

3.- Daniel Angelici. Porque el presidente de Boca cerró el año con una entrevista en La Red donde abogó por la necesidad de extender “seis meses más” el acuerdo con el Gobierno (que él integra indirectamente). Dijo: “Tenemos que seguir seis meses más para poder negociar y tenemos que conseguir esa guita para poder sentarnos con las empresas, porque te ven desesperado y te ofrecen un chupetín y una Coca”.

Un chupetín y una Coca es lo que están dejando la mayoría de dirigentes de AFA dentro de las instituciones, destrozando en doce meses lo poco que estaba de pie, luego de que destrozaran los clubes con el despilfarro de la plata que les daba el estado.