Belén Casetta ya está en el olvido. Y el atletismo argentino también.

La prensa deportiva nacional cumplió este fin de semana con su máxima y vanidosa atribución: creerse europeos. Un repaso por los diarios más vendidos o por los programas de TV de los canales deportivos comerciales dan cuenta de dónde tenemos puesto el ojo y el cerebro: en el exterior.

Toda una definición de estos tiempos oscuros y tristes para la Argentina.

Confundidos por el oro que otros tienen, las coberturas de los medios en agosto llevaron sus focos a los torneos europeos. Sabemos más de Neymar, de la Juve, de Cristiano, de Federer, de Zverev o del Tottenham que de miles de los deportistas y las deportistas de una Argentina que, pese a todo, respira.

Y si no veamos el asunto de Belén.

La atleta argentina, estudiante de medicina y marplatense, necesitó de un Mundial de Atletismo y de una clasificación a la final para que la prensa argentina le dedicase unos minutos de su atención.

Diez atletas argentinos compitieron en el Mundial (la más grande delegación de todos los tiempos) Guillermo Ruggeri, Federico Bruno, Leandro París, Juan Manuel Cano, Rosa Godoy, Mariano mastromarino, Brian Toledo, Germán Chiaraviglio y Jennifer Dahlgren acompañaron a Casetta . Ninguno de esos nombres merecía el semiolvido de los especialistas en Deporte que se jactan de saber mucho de Bolt y de los cien metros llanos. Pero que a la hora de pedirles que nos cuenten qué saben de la marcha de 20 kilómetros tartamudean o venden globos.

En los últimos años, especialmente desde 2010, las cosas en el Atletismo argento empezaron otra vida. El Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo ENARD tomó aire desde el apoyo estatal y el ingreso de fondos permitió soñar con la esperanza de un trabajo a largo plazo. No se sabía cuándo, pero las cosas tenían que mejorar. Siempre la medición se visualiza en los Juegos Olímpicos o en los Mundiales. Y aquí están las pruebas.

“Correr con gente es increíble”, dijo la joven Casetta (22 años) después de finalizar en el undécimo lugar en el Mundial de Londres ante un estadio colmado. Así, bajó una marca personal en más de 9 segundos. Algo que en el atletismo es como ¡extraordinario!

Unos pocos segundo de tele, las fotos internacionales, dos o tres rescates emotivos en el diario Olé y luego chau para la campeona de los tres mil metros con obstáculos.

Correr con estadios vacíos; eso es lo que le espera en su retorno a la patria.

Quizás si la televisión se ocupase, las radios, los suplementos deportivos. Si mantuviesen la atención sobre las competencias y los atletas, si los queridos y queridas funcionarios/as que manejan la Educación y el Deporte argentino le diesen la importancia que tiene al deporte escolar, semillero del atletismo, otras serían las tribunas en el país.

Saben los lectores de la obsesión de este cronista con el deporte madre. Si queremos que los jóvenes y los niños corran, salten, jueguen, empecemos a mirar hacia abajo y hacia adentro.

Que lo nuestro importa…mucho más que la Copa del Rey. Que los reyes al final de cuenta son de los más antidemocráticos.