¿Será el próximo campeón? ¿El subcampeón? ¿El tercero?

Ya no importa nada, pese a los recalcitrantes tonos de guerra de unos cuantos periodistas deportivos argentinos (muchos de ellos en la Oral de Radio Rivadavia) que exigen salir campeón y punto para llevarse el respeto y el elogio eterno. Para los que estamos de este lado de la vida, en cambio, con lo mostrado por Godoy Cruz en estos últimos tiempos alcanza para el gran reconocimiento de, al menos, estas humildes líneas.

La gran prensa aguardará hasta el fin del torneo para decir algo contundente con los mendocinos; nosotros no.

Es así que insistimos para que se conozca una frase que circula por las redacciones desde hace más o menos una década: “Godoy Cruz juega bien”. Son decenas los periodistas deportivos que escribieron o dijeron esto en sus reducidos espacios.

Aún en años difíciles, 2009 por ejemplo, el Tomba mostraba juego rápido, respetuoso, buscador permanente de ataque y de perfeccionamientos que lo inscribían en los equipos preocupados por la posesión. Es decir, les importaba el cómo llegar al arco contrario. No casualmente ha sido el de mejores resultados entre los equipos de las provincias en los últimos años confirmando que quien juega bien, más temprano o más tarde obtiene satisfacciones.

¿Tiene que ver también en este desempeño su situación social?

Dicen algunos colegas mendocinos que el último balance dio un superávit de 62 millones de pesos, que los asociados no son muchos más que los de pocos años atrás y que sin dudas se trata de una institución que crece. Que sus socios creyeron en un proyecto hace casi una década basado en un futuro que debía construirse desde las inferiores y con sueños altos, sin despilfarros. Y a sumarle a ello que no se desesperan por construir nueva cancha, o remodelar en exceso el viejo estadio y prefieren usar las instalaciones del Malvinas Argentinas. Desde ya, los asuntos de la barra brava, las denunciadas conexiones entre los violentos con los gobiernos de Cobos y Cornejo en Mendoza, merecen el mismo repudio de todos los tiempos. Otros colegas mendocinos en cambio ven en el presidente José Mansur un hombre con la cabeza en su pasado de gerenciador del club , poco democrático y de vínculos estrechos con unos cuantos representantes de jugadores. Buena sería la presencia de los escasos periodistas deportivos de investigación que tenemos para que nos aportasen un poco de luz y así saber qué es verdad y qué es mentira en este cruce de noticias.

Mientras tanto, abjuramos de toda conexión entre dirigencia y juego bonito. Porque ya hemos visto cada caso de dirigente fanfarrón en esta AFA de pacotilla. Los que juegan, son los jugadores.

¿Y qué hay de su entrenador?

En diciembre del año pasado, cuando el Tomba ponía al frente de su equipo al desconocido técnico Diego Omar Dabove, en algunas páginas del club hinchas anónimos escribían cosas como estas: “Si no se traen jugadores de calidad y con experiencia, no se logra absolutamente nada. Los clubes que se la juegan por chicos de las inferiores hoy están peleando el descenso…”

Hoy “el caso Dabove” les responde con números.

A nosotros los números, se sabe, no nos afligen. Y los entrenadores, ya lo dijimos, muy poco nos importan como piezas clave de un equipo y mucho menos de un club. Creemos en los funcionamientos solidarios y colectivos y al parecer algunas de estas cuestiones se concretan en el Tomba. Por eso, un viva para sus jugadores, los trabajadores.

Si no sabemos mucho más de Godoy Cruz (verlos por TV, por repeticiones en la web o conocer de ellos en los pocos medios que reflejan los asuntos de Mendoza) es por la porteñidad y centralismo maldito de estos medios hegemónicos que tenemos y que siguen a Boca y a River como si sólo existiesen dos equipos en la Argentina.

Un club que planta su equipo titular con promedio de 22 años, y con casi el 40 por ciento de sus jugadores salidos de las inferiores, ya merece una tapa.
Como por el momento lo ignoran bastante, aquí va la nuestra…pase lo que pase.