Las siempre mudas estadísticas llegaron a fin de abril para traernos una noticia intrascendente; que ni es noticia, y tal vez ni siquiera sea estadística. Resulta que los medios de hoy reflejan, con narrativa exultante y pretensiones académicas que Messi ha llegado a los 1.000 goles en su carrera. Lanzados a una competencia de explicaciones, ya andan por ahí peleándose entre ellos los señores de las estadísticas.

Raza interesante dentro del periodismo deportivo, que es capaz de ingresar al morbo de buscar números allí donde no los hay. Siempre estoicos, siempre apasionados, siempre generosos, los señores de las estadísticas aparecen cuando más se los necesita: por ejemplo, a la hora de llenar espacios que el periodismo insoportable ya no puede llenar con sus pensamientos inútiles.

Resulta que ahora le contaron a Messi los goles que hizo en las divisiones inferiores de Newell’s y de Barcelona para llegar así a la cifra monumental que tocaron Pelé y Romario.

Ya se los escucha, algunos al borde del colapso, diciendo que si a Pelé le contaban los goles de los amistosos que jugaba en combinados del Ejército brasilero, ¿por qué no le van a contar a Messi los goles de las inferiores?

Siendo así, se justifica que durante unos días seamos testigos de la gran batalla de los estadígrafos donde unos y otros combatirán para ver cuál es el más serio de todos ellos: o quien cuenta los goles de las inferiores o quien no los cuenta.

Ahí se armará la podrida: porque si el asunto es contar los goles de inferiores ¿quién da certeza de que alguien ha contado todos los goles de inferiores de todas las ligas del mundo en todos estos tiempos de 1863 (probable fecha de nacimiento del fútbol) a esta parte.

De semejante choque de estadígrafos saldrá el fracasado y el lucido. Y en poco tiempo, ambos volverán con sus argumentos para intentar convencernos de que lucidos y fracasados aún no se han puesto de acuerdo.

Esta vez saldrá fuego de las palabras y fuego de los números. Para los momentos posteriores del periodismo, todo esto quedará como la semana aquella en que el público dudó acerca de a quién creerle.

Y al final de cuentas todos se preguntarán: “Pero es que Messi, ¿metió o no metió 1.000 goles en su carrera?

TyC Sports dijo en su página de este asunto: “Cuenta la leyenda que Pelé anotó mil goles. Incluso los hinchas brasileños suelen cantar la famosa “mil goles, mil goles, mil goles, mil goles; sólo Pelé, sólo Pelé” cada vez que juegan contra Argentina. Pero parece que ya no es así: Lionel Messi anotó un tanto en el Barcelona-Levante y, de esta manera, alcanzó a O Rei”. Es decir, hay una leyenda Pelé…¡y ahora tenemos la leyenda Messi!

Mientras esto ocurre, mientras estos señores y señoras forzudos/as con las cuentas, las calculadoras y los Excel se castigan y maltratan públicamente, quienes formamos parte del pequeño mundo que no idolatra las estadísticas esperamos, con la tanta paciencia que nos caracteriza, que así como en la vida de la gente, empecemos a mirar menos los números y más a los hombres y mujeres que la están pasando mal de verdad.

En el mundo del fútbol y en la miseria agravada de las mayorías que cada vez tienen menos. Menos fútbol y menos plata.