En un avance en la lucha contra el Alzheimer, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha aprobado recientemente una droga llamada lecanemab, un anticuerpo monoclonal diseñado para combatir la acumulación de la proteína miloide asociada a esta enfermedad neurodegenerativa. Aunque el tratamiento no repara el daño neuronal ni cura la enfermedad, ha demostrado que hace más lenta su evolución en pacientes con formas leves. En diálogo con El Observador Radio, el médico neurólogo Conrado Estol se refirió al nuevo medicamento.
Droga con riesgos
"Hay que tener cuidado. Hay que leer bien. Se aprobó porque mostró un leve enlentecimiento. Pero no se le puede dar a quien tenga un alzheirmer avanzado o que haya tenido una hemorragia cerebral o a los que toman anticoagulantes", dijo. Y remarcó que por ahora la droga vale 30 mil dólares al año y que se considera riesgosa porque provocó hemorargias cerebrales en el 30 por ciento de los pacientes.
El destacado profesional señaló en un fragmento de la charla que el impacto clínico de lecanemab en el paciente puede resultar mínimo.
Sin embargo, a su vez también afirmó que el avance marca un paso hacia adelante en el desarrollo de tratamientos para el Alzheimer.
El profesional repitió que el uso de lecanemab está aprobado únicamente para personas con Alzheimer muy leve o para aquellos que presentan una forma inicial del trastorno cognitivo. Y remarcó que puede producir efectos adversos, como edema cerebral.
Perspectivas positivas
A pesar de esto, aseveró Estol, la aprobación de esta droga abre la puerta a nuevos procesos de investigación para encontrar tratamientos más efectivos y con menos efectos colaterales en el futuro.
La causa exacta del Alzheimer sigue siendo un enigma, aunque se sabe que existen proteínas como la tau, que desempeñan un papel importante en su desarrollo. Actualmente los investigadores están trabajando en la identificación de marcadores cerebrales y en el líquido cefalorraquídeo que permitan detectar la enfermedad en sus etapas tempranas, lo que podría revolucionar el diagnóstico y el tratamiento.
El médico concluyó que se espera que en los próximos cinco a diez años se produzcan cambios relevantes en el tratamiento del Alzheimer.
A medida que se desentrañan más aspectos de esta enfermedad y se superan barreras económicas y éticas, se vislumbra un futuro más prometedor para las personas que padecen enfermedades neurodegenerativas.
Para cerrar, el médico señaló que todo lo que la gente haga para mantener arterias limpías y sanas, no solo disminuye el riesgo de enfermedades cardíacas o ACV, también ayuda a prevenir el Alzheimer.
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