Ayer el Indec expuso los datos sobre la pobreza e indigencia en Argentina en el segundo semestre de 2018. En sus informes el organismo indica que la pobreza llegó al 32 por ciento y la indigencia al 6,7, lo que marca un preocupante crecimiento de la población en esa situación. En diálogo con "La tarde de CNN", el padre "Pepe" Di Paola, integrante del grupo de curas villeros y referente de un programa de recuperación de jóvenes con adicción a las drogas, se refirió a la dura realidad que exponen los relevamientos.

Según el sacerdote, el aumento de la pobreza se puede observar en gran medida en todos los barrios populares: “creo que lo que vamos viendo es el deterioro de la vida en las calles y en los barrios que nos toca caminar”, explicó. Agregó que en esos mismos lugares “el nivel de vida está bastante deteriorado a nivel social y económico”, detalló.

El entrevistado sostuvo que las cifras de pobreza que se hicieron públicas, ayudan a comprender el deterioro social que se observa en los barrios. Y en ese sentido remarcó que “hay mucha más gente sin trabajo y sin posibilidad de changas”, afirmó.

Remarcó que en el marco de la crisis, la clase media tuvo que achicar sus gastos, lo que al mismo tiempo impacta en el movimiento de la economía ya que se postergan mejoras y compras.

Impacta en la vida familiar

“Lo más duro es que se va rompiendo el tejido social, cuando no hay posibilidad de estudiar, ni de trabajar”, alertó el religioso. Y a su vez remarcó que éste deterioro de lo laboral tiene incidencia en otros ámbitos como la vida familiar.