/Por: Cicco. No me gusta el porno. Pero me gusta la gente que lo hace y las historias que hay atrás. Gente sencilla, trabajadora, disciplinada. Casi deportiva. Al menos, así es en la Argentina. Conocí actores que trabajaban de maestros mayor de obra, otros de alambradores en el interior, amas de casa que llevaban y traían a sus hijos al jardín de infantes como cualquier vecino. Están, claro, los yiros, pero esas no son actrices, son gatos. Es un palo diferente. Para preservar ese espíritu de familiaridad desnuda, el gremio entero del XXX se cabreó con la nueva tira del 13, “Condicionados” . Una serie que, por lo visto, no sólo los obreros del sexo le dieron la espalda: el rating también.
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