Durante la pandemia y luego en la pospandemia, se observó que mucha gente buscó alejarse de las grandes ciudades, y mudarse a zonas más tranquilas en pueblos y pequeñas urbes alejadas.
En Argentina un gran número de familias decidió abandonar departamentos en populosos conglomerados urbanos como Buenos Aires para instalarse en pequeñas localidades marítimas o rurales, con más aire libre y tranquilidad.
Aunque este fenómeno en principio aún continúa, hay informaciones de otros países que adelantan un posible regreso a las ciudades que se dejaron.
Así ocurre en la actualidad en varios países de Europa en donde son muchos los que buscan retornar a las urbes para recuperar ámbitos más asequibles y sociables, y variedad de alternativas laborales, culturales, o educativas.
Por más oportunidades laborales
Según se detalla en diversas notas periodísticas, muchos entendieron que alejarse de las grandes ciudades podía ser perjudicial para la carrera profesional. Los trabajadores en mercados laborales pequeños tienen menos oportunidades de empleo y pueden verse obligados a aceptar trabajos no acordes con su formación.
La importancia de los grandes mercados laborales radica en las oportunidades de carrera y el emparejamiento laboral de mayor calidad. Además estos se convierten en centros neurálgicos de industrias específicas. La innovación y la productividad suelen ser mayores en estos entornos.
¿Y el trabajo remoto?
Otro dato clave es el progresivo declive del trabajo remoto. Muchas empresas han dejado de contratar a personas que trabajan a distancia todos los días, ya que necesitan que estén de manera presencial, una o dos jornadas de la semana.
¿El éxodo de las grandes ciudades está llegando a su fin?
¿Las zonas urbanas pronto verán un nuevo flujo de personas en busca de oportunidades profesionales y de vida?
¿Todo volverá a las dinámicas previas a la pandemia? El tiempo lo dirá.