UN PERIODISTA VERDADERAMENTE SERIO
Por qué Pepe Eliaschev es tan capo y usted es tan idiota

Pepe Eliaschev (foto de su columna en Perfil.com)Por: Cicco. Me encanta Pepe Eliaschev porque no está en la joda como usted o como yo, y a cualquiera de nosotros nos llevaría una vida rascarnos la barba como él se la rasca. Me gusta especialmente una foto tomada de la contratapa de su último libro que agrego en el cuerpo de esta nota. El mundo sería un lugar mucho más prolijo, puntual y ordenado si uno no reservara solamente estos gestos de concentración apenas para ir al baño.

Esto es un periodista serio:

Pepe Eliaschev

Y esto no:

cicco

Señores, Pepe es una leyenda viva. Trabajó en medios de primera línea diciendo al aire y con suma valentía aquello que usted le comenta en secreto al verdulero de la esquina, con la diferencia de que él recibe un sueldo a cambio, y usted un kilo de rabanitos.

El país que queremos

Desde hace cinco años, Pepe escribe una deliciosa columna semanal en el diario El Día de La Plata que se propaga como el dengue en buena parte de las provincias, donde puntualiza con énfasis la clase de país que todos queremos y que, por supuesto, no es la Argentina.

Pepe es un hombre de mundo y sabe de qué habla cuando nos cuenta lo que nos falta –básicamente cuánta gente como él- para parecernos a los suizos, aunque sea en el envoltorio de los chocolatines.

Pitecantropus Periodisticus

En sus columnas, Pepe practica un ejercicio técnico que requiere la mayor de las destrezas, pues, antes de sentarse frente al teclado, se enlaza ambas muñecas por detrás de la cabeza, y, bajo estas condiciones, redacta sus artículos. Un método que el común de la gente conoce como escribir con los codos. Releo el comienzo de una de sus primeras columnas fechada el 26/1/96, donde Pepe hila, con heroica tenacidad, 68 palabras sin comas, ni puntos, una oración tan vertiginosa que, para completarla sin inconvenientes, lo mejor es tener a mano una mascarilla de oxígeno.

“Hace apenas ocho meses Carlos Menem fue elegido por una nítida mayoría para ser presidente de la Argentina hasta julio de 1999 y sin embargo en el curso de las 30 semanas que transcurrieron desde aquel triunfo el gobierno justicialista deambuló por la feroz batalla interior librada por el Presidente y su ministro Domingo Cavallo y ahora ya se procesa el enfrentamiento por la sucesión del actual gobierno”.

Volvé, Pepe 

Me conmuevo con sus deliciosas columnas en Perfil, en donde Pepe golpea duro al gobierno de Kirchner, se alarma por la inseguridad, se enoja con los piquetes y las falsas promesas, y levanta los estandartes que todos levantamos: los derechos humanos, la libertad de expresión y, sobre todo, que Pepe vuelva al aire, aunque sea en globo a gas.

Veo una y otra vez sus videos del portal de Perfil grabados en su lugar de trabajo, y me entero así de dos cosas: como protector de pantalla de su pc, Pepe utiliza su propio nombre rebotando en el monitor. Esto funciona como un recordatorio magistral en momentos de incómoda dispersión. “Pero, ¿qué hago viendo estas páginas de pelirrojas acariciando burros? ¡Soy Pepe Eliaschev!” Un estadío que supera fácilmente leyendo dos capítulos del manual de estilo de un diario europeo o asistiendo a un ágape de embajada.

Gracias a sus videos en Perfil, me entero también de la salida de su libro “Lista Negra”, pues seguramente un fan olvidó reacomodar un ejemplar en su biblioteca, tal como puede verlo aquí.

Pepe Eliaschev en Perfil.com TV

El mundo de Pepe 

Así tuve la oportunidad de leer esa obra deliciosa cuyos ejes centrales son: Pepe sin trabajo, las aventuras de Pepe en los ’70, Pepe en el mundo, Pepe enojado con Kirchner por el levantamiento de su programa, y un apéndice con más de 20 páginas de admiradores y otras 54 páginas de artículos defendiéndolo, que, para un libro de 280 hojas, más que apéndice, es un aparato digestivo completo. 

Como muchos otros colegas, soy de los que creen que su despido de Radio Nacional fue un atroz acto de censura. Lo mismo que cuando Timerman lo despidió de Confirmado en 1965. Y cuando lo dejaron fuera de Revista Gente un año más tarde. Y, a los mediados de los ’90, cuando le cerraron las puertas en las narices mientras dirigía una revista bimestral para el Banco Patricios donde cobraba unos merecidísimos –según datos internos- 12 mil dólares por básicamente reproducir, y con gran criterio, notas del exterior.

Gladiador 

Pepe es un gladiador en la línea de fuego de los medios, y allá donde hay que defender una causa justa, ahí está él. Cuando yo trabajaba en Revista Noticias, fue el primero en telefonear al director para salvaguardar el buen nombre del semanario. “Decime”, reclamó aquella vez, “¿por qué le dan espacio en Noticias a un tipo como Cicco?”

Anécdotas inolvidables 

La vida profesional de Pepe está plagada de anécdotas inolvidables. Cuando grababa ese maravilloso programa “Cable a tierra”, era una aventura entrar a la sala de edición y ver los tapes con Pepe anunciando, con el pelo batido por el viento, que transmitía desde un hotel en Israel, y escuchar al técnico jurando por sus hijos que era el balcón de su casa.

Si tenías el honor de ser invitado a una cena de fin de año, pues formabas parte de su equipo de producción y si se te ocurría hacer algún comentario a una de sus historias, Pepe, muy amablemente, iba a esperar al final de tu análisis alisándose la barba para retomar luego con esa profunda voz: “Bien, ¿ya terminaste? ¿Puedo seguir hablando ahora?” Y pasar a contar uno de sus preciados recuerdos periodísticos, como cuando entrevistó a Muhammad Alí o a Norman Mailer en un café de Nueva York a la salida de una práctica de boxeo. Era una delicia escucharlo. A veces, imagino a Mailer asombrado ante el magnetismo de aquel pujante cronista argentino de barba, lo imagino en silencio frotándose los nudillos y murmurando: “Sinceramente, usted supera todo lo que he conocido. Mire que he visto periodistas en toda mi vida. Pero nunca ví un pelele tan grande”.