LA NOTA MÁS BOLUDA DEL VERANO
Sepa cómo es el beso perfecto

BESObeso con efecto TUCÁNPor: Cicco. Acabo de leer, con profunda curiosidad, la nota más boluda del verano y quería debatirla en esta columna donde, sobre todo, se trata de debatir boludeces como estas. La firma una tal Karina Santillán que, creo yo, si tiene suficiente sentido común y espera conservar su integridad física en el futuro, debería emplear un nombre falso. La nota fue publicada en un portal femenino llamado Nosotras.com, donde se tratan temas como la leche y el sexo, y los caprichos de las estrellas. Es decir, el lugar exacto para publicar la nota más boluda del verano.

El título es tan malo que pefiero no contárselo aquí para que no piense que yo también, de tanto leerlo, me he convertido en boludo. Lo que sí puedo decirle es que trata del arte de dar besos y que dice boludeces como estas: “Después de un beso ya no hay marcha atrás”. O: “El camino que recorremos para llegar a un beso, usualmente es largo y un poco accidentado, no sabemos qué hacer, qué decir y surgen preguntas como: ¿Quién tiene que dar el primer paso?, ¿Con o sin saliva? ¿Masco un chicle antes?”

Es tan pavo el artículo que me ví tentado a apuntar una suma de comentarios más pavos aún para elevar el nivel de pavismo y comerlo así a la vinagreta.

Karina nos dice que, lo mejor antes de dar un beso, incluso antes de preguntar al otro si pertenece a la especie humana, es hidratarse los labios. Uno normalmente sabe dónde, en qué compañía y en qué estado despierta en su cama, pero jamás sabe qué clase de objeto terminará succionando al final del día. “Los labios secos no se mueven bien”, nos advierte Karina, tomando como ejemplo los labios de algunas momias egipcias. Por lo tanto, sugiere, es mejor tener siempre una barra hidratante en el bolsillo.

Pero, ¿qué pasa si el beso es inevitable –uno va por la calle, se encuentra con una boca abierta y simplemente siente el impulso de meter allí dentro su lengua- y no se tiene la barrita a mano? “Lo mejor”, dice Karina, “es recurrir discretamente a la saliva”. Por suerte, el ser humano lleva siempre un cargamento de saliva con él, no sea cosa que le den ganas de comer churros y necesite ese vital lubricante para tragarlo y descubra que precisa la saliva de otro.

A la hora del beso, es estrictamente necesario eludir el efecto tucán, nos previene Karina en su artículo sumamente boludo. “Para evitar el encuentro nariz con nariz (o efecto tucán), inclina un poco tu cabeza hacia un lado, esto te permitirá dar un beso con mayor facilidad y profundidad”. Qué bien que alguien se ha tomado el trabajo de explicarlo. De lo contrario, al día de hoy habría gente que jamás hubiese logrado colocar un beso. “Pero claro”, dirá ahora, gracias a la columna boludísima de Karina, “era porque nos chocábamos las narices”.

Es necesario explicar estas cosas fundamentales en el terreno del sexo y el amor, junto con otras tan importantes para los varones como las siguientes:

1) No trate de penetrar a su pareja hasta que no se haya quitado, al menos, los pantalones. No se confunda. Por mucho que se le parezca, lo suyo no es un taladro.

2) Chequee que su pareja tenga pulso y evite así problemas legales en el futuro.

3) No la bese mientras coma, excepto que usted se haya quedado con hambre.

Karina nos previene a tiempo del efecto Gran Hermano. Es decir, que usted, mientras lo besan se quede mirando. Esto se puede dar por dos motivos: o porque usted es muy curioso o porque tiene ambos ojos de vidrio. Permítame decirle que mi primer beso en un boliche fue a ojos abiertos. Así que guardo de mi sesión inaugural, un recuerdo básicamente odontológico. Por eso cuando Karina nos dice, “Mejor cierra los ojos”, yo le doy la razón, lo he aprendido a la fuerza. Además, siempre es bueno que el otro cierre los ojos. Esto permite crear el clima romántico, así no intimidan los ojos abiertos, y además, los ojos cerrados en la pareja, es de notoria ayuda, sobre todo, si uno es carterista.

“¿Con o sin lengua?”, se pregunta Karina en su nota boluda y nosotros nos preguntamos también con ella: ¿con o sin? Y si es sin, ¿hay posibilidades luego de volver a ponérsela?

Lo mejor, nos dice Karina, es confiar en el pálpito oral. “Debemos agudizar el sentido común y percibir la química que va surgiendo poco a poco. Es el movimiento de tus labios lo que te permitirá descubrir si la respuesta es 'sí' o 'ni lo intentes'. Ligeramente puedes rozar con tu lengua sus labios y si te corresponde ya puedes ir a la segura, si se aparta, no debes forzar una situación que puede surgir de forma natural más adelante”. Como le dije más arriba, esta columna boludísima está escrita para mujeres. Prácticamente es imposible trasladar estos consejos a un miembro del sexo opuesto, pues la regla entre hombres es muy clara: todo varón tratará de introducir la mayor cantidad de miembros posibles en la menor cantidad de tiempo. No nos hace falta ninguna señal que nos diga qué hacer. La única señal que puede hacer a un hombre cambiar de parecer al respecto, es la señal de los bomberos.

Karina nos cuenta desde su experiencia, que un buen beso merece ser extenso y asumir sus propios tiempos, como película croata. “Recuerda que nadie te está persiguiendo y que un beso es como un paréntesis en el que el mundo se detiene y tus cinco sentidos deben estar adentrados en la experiencia de besar”. Es por consejos como estos, tomados y compartidos por mujeres, donde se esfuerzan por concentrarse en el propio acto de besar, que los hombres sabemos que no hay nada como un beso para tocarle un culo a una mujer. Gracias a Dios que existen estos consejos boludos y que hay gente que los lee.

Al final de la nota, Karina da más consejos, por si fuera necesario: “Puedes probar besar con un hielo a tu pareja, algunas veces besos profundos, otras suaves”. Desde nuestra humilde posición, le acercamos tres consejos extras para todo aquel hombre que desea romper la rutina de los besos y traer algo de diversión:

1 Bese profundamente a su pareja con algún tipo de alucinógeno en la boca y, utilizando la intrepidez de su lengua, trasládelo discretamente al esófago de ella. Espere unos minutos. Luego, diviértase.

2 Tome el cepillo de dientes junto con la pasta dentífrica y arrójelos en el cesto. Despáchese durante siete días con fideos con pesto. A la séptima noche, bese profundamente a su esposa. Sin necesidad de abogados, obtendrá inmediatamente el divorcio y una separación de bienes ampliamente favorable.

3 Bese un churrasco jugoso. Luego, bese a una mujer. Si encuentra que la sensación es similar, continúe besando el churrasco. Le traerá menos problemas.

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