INTERROGANTES DEL MUNDO DE LOS HUMORISTAS
¿Por qué nadie quiere a Nik?

Uno de los libros de NikNikPor: Cicco. Si pensabas que Gran Hermano Famosos es lo más aburrido que viste en tu vida, eso es porque nunca fuiste a una reunión de humoristas. Las esposas le escapan como a las hemorroides, y se resisten con uñas y dientes como si las llevaran a punta de pistola a un recital del Coro Kennedy.

Sin embargo, si hay algo que a los humoristas les levanta el ánimo, les calienta la sangre y les saca a flote la saña durante los convites colectivos del gremio, es hablar mal de Nik.

Haga la prueba y, frente a un grupo de dibujantes, repita esas tres letras mágicas y malditas y verá cómo el espíritu de los presentes vira del verde esperanza al rojo culo de mandril.

Pregunte en las oficinas de prensa de las editoriales. Si organiza una mesa redonda entre humoristas, lo primero que le dirán los dibujantes es: "¿Va Nik?" Y lo segundo es: "¿Seguro que no va?" Y lo tercero es: "Por las dudas, voy a llevar mi navaja".

Revise su sitio oficial en Internet y verá al hombre de anteojitos, blanco como la tiza, gafas a lo Bill Gates, hablando para niños en las escuelas, disertando en instituciones, de pie en una sala de la Feria del Libro, pero siempre solo. ¿Por qué le hacen sus colegas semejante piquete? ¿Por qué lo llaman sus colegas semejante paquete? Ahora verá.

Quino lo denunció de haberle tomado calcado, como mínimo, esta tira de Mafalda. Según la opinión de entendidos, la reproducción más flagrante y grosera de un chiste gráfico.
Nik

"Antes éramos todos amigos en el ambiente", dijo Quino. Pero desde que está Nik, explicaba, la cosa cambió.

Maitena, una mujer que suele tomarse todo enérgicamente para la joda, cuando se le menciona a Nik asume el rictus de un paciente al que acaban de anunciarle que deberán quitarle uno a uno sus dientes con pinzas. "En sus chistes las suegras son gordas y feas. Las mujeres son todas boludas. Y los hombres están hipnotizados con la tele. Ese es el mundo de Nik", dice.

Durante años, Daniel Paz y Rudy, recorrían los pasillos de las redacciones llevando una carpeta que recogía minuciosamente treinta de sus propios chistes que llevaban luego, levemente retocados, la firma de Nik. Un puñado de dibujantes, según cuentan, llevan carpetas similares bajo el brazo, con la reproducción de sus tiras en las cuales, alguna vez, se habría inspirado Nik. Es la evidencia que sostienen para desterrarlo.

"Nik no tiene un estilo, ni una mirada. En lugar de hacer chistes contra los prejuicios, es prejuicioso. Y todas esas tiras de Gaturro donde jorobaba con las traducciones al inglés", denuncia un famoso colega, "están vistas en sitios de Internet de hace, por lo menos, cinco años. ¡Y él hizo con todo eso un libro con su firma!"

En el gobierno de Duhalde, Nik comparó en un chiste a Graciela Camaño con el Planeta de los Simios, y Rep escribió un artículo en Página 12 acusándolo de xenófobo, entre toda una gama de términos marchitamente floridos. Por otra declaración donde lo llamaba también ladrón, Rep sufrió una demanda judicial y tuvo que llegar a un acuerdo en la justicia para que el caso no se le viniera en contra. Lo único que le exigió Rep a su abogado fue no cruzarse con Nik ni siquiera en el baño de Tribunales. "Antes", dice Rep, "estaba obsesionado con el tema. Ahora ya se me pasó. Será porque no lo leo. Lo que hace es basura y punto".

Mientras sus colegas lo hunden en el fondo bajofondo donde el barro se subleva, los chistes de Nik son un éxito: aparecen en todas partes, su último libro agota miles de ejemplares en la feria y sus tiras salen hasta en la revista del cable. No está lejos el día en que nos limpiaremos el ojete con papel higiénico de Gaturro. Los humoristas, felices. "Es que si vos fabricás salchichas de mala calidad", dice un colega, "es lógico que vas a producir más que otros. Ahora, si tenés que pasar por el control de calidad, es otro tema".

Nik ya trascendió el éxito editorial y desde meses atrás, encabeza las publicidades de una reconocida bodega de vinos. En los anuncios, Nik posa junto a una copa y brinda con la nada. Entre líneas, deberá leerse a pie de página: "Si estás más solo que Nik en el día del amigo, tomate una copita conmigo". 

Opiná sobre esta columna en nuestro libro de visitas