POR QUÉ FORMO PARTE DE HIPERCRÍTICO.COM

"Me gusta que me paguen por hablar pestes de otros"

CiccoPor Cicco. Anoche gasté doce veces el precio de un matamoscas, para adquirir una estupenda mini raqueta eléctrica importada de China que no sólo acaba con las moscas, además, les dispara una descarga masiva en el cuerpo que les hace echar humo por el culo y los bichos acaban muriendo en un chillido espectacular agonizante que me llena de alegría a mí y a mi familia. Todo esto viene a cuenta del lema principal de lo que entiendo como espíritu crítico: "Si hay algo que vive de la mierda, y te lleva todo lo que es contaminante, podrido y viscoso al plato de tu vida diaria, lo mejor es pulverizarlo espectacularmente"
  

No hay misericordia a la hora de interpretar el eslabón más desalmado de la cadena humana: el periodista cagador que te cuenta el final del chiste, el bueno para nada que te viene a decir que tu estrella es un pelmazo que no vale un centavo, el que te desinfla la moda como un globo y te muestra que en verdad es forro pinchado.

Soy de la idea de que una de las razones de por qué el mundo está tan hecho bolsa, es que la gente no se dice lo que se tiene que decir. Usted no le dice a su mejor amigo que se portó como un estúpido. No le dice a su jefe que baje el nivel de cocaína en sangre para mejorar la relación con sus empleados. Somos una sociedad de gente que se queja pero, cuando llega la hora de decirle al otro en la cara lo imbécil que es, se contiene, elude el asunto y el círculo de comunicación nunca se cierra. Es por eso que verá infinidad de idiotas que llegan a viejos con ese aire de sabiduría sin que nadie le diga lo idiotas que son. Esta gente vive convencida de que son dioses encarnados. Por regla general, buena parte de ellos suelen trabajar en los medios ganando fortunas, y una de las metas de este sitio es verlos caer, uno a uno, como mosquitas electrificadas a un raquetazo por semana.

Además, qué quiere: si este portal se llamara Espíritu de Elogio, tendría apenas dos visitas al día: una la de  Catalina Dlughi y otra, la del presidente de la Nación.

Más allá de todo esto, me gusta mucho que me paguen por hablar pestes de otra gente y me gusta mucho trabajar con Luis Majul. Me gusta porque es el único periodista que conozco que es más corto de estatura que yo. Esto le da a nuestros diálogos un espíritu de entendimiento y afinidad impensados para mí.

Por último, quería contarles que comparto plenamente la declaración de principios que verá escrita en este sitio, pues me tomé seriamente el trabajo de no leerla bajo ningún aspecto. Es que los críticos no se hacen en base a principios, los críticos nacen movidos por la rabia. Así que si observa, escucha o lee a alguien que se revuelca en la mierda, sepa que, de un momento a otro, un miembro del staff tomará cartas en el asunto. Cuando sienta el chillido y vea el humo, sabrá de qué estamos hablando.