CINE PLOMAZO/
Nanni no es Woody Allen

WOODY Y NANI/Por: Cicco. Ambos son menudos. Flacos. Psicoanalizados. Ambos son picantes. Inteligentes –o eso se supone-. Con reconocimiento internacional. Ambos son comediantes pero muchos insisten en que, a través de sus películas, señalan problemas más urgentes de la humanidad. Uno es norteamericano y vive su pico de gloria filmando en Europa. El otro es europeo, y es celebrado por la crítica de América. Pero los parecidos se acaban más pronto. Demasiado pronto.

Más allá de que Woody Allen no ande en su mejor época. Que de la hora y media de sus últimos films –“Si la cosa funciona” o “Conocerás al hombre de tus sueños” - haya menos de 15 minutos rescatables. Más allá de que su última película decente tenga más de 15 años, y que el hombre está más para el bastón y el bronce que para revolucionar su carrera. Aún con todo eso a cuestas, comparar a Nani Moretti con Woody es un despropósito. Más que un despropósito. Es un insulto.

Es difícil entender qué le vieron los críticos de grandioso a “Habemus Papa”, el último y, se decía, más polémico film de Nanni. Un bofe grotesco, un mate frío, pan de ayer. Excepto que uno sea italiano, y encuentre desopilante que los cardenales jueguen un partido de vóley mientras aguardan a que el Papa recién electo recupere la compostura y asuma su rol de Sumo Pontífice, para el resto del planeta la escena llega tibia. No nos causa gracia del mismo modo en que si lo invitan a Jorge Corona a los Emiratos Árabes, no emboque un solo chiste.

Hay que admitirlo: existen ciertas obras que se pierden en la traducción. Y por esa razón, deben conservarse en su estado natural, en medio de la flora y fauna que los vio crecer, y mantener así su fulgor y su frescura como la buena pasta. Será una estrella controvertida en Italia, donde sus denuncias políticas y su jaque humorístico a figuras como Silvio Berlusconi, pueden ser para pillarse de risa. Pero cada vez que Nani cruza el Océano, es como un payaso lavado, un mimo en silla de ruedas.

Y es precisamente esta cualidad de levantar vuelo no importa el cielo que Lo transporte lo que hizo grande a Woody, y lo catapultó en estrella mundial. Su humor encaja como patada en el traste de toda una generación alienada, neurótica, intelectualizada y perdida. Allen empujó el humor a una arena impensada. Se metió en los conflictos de pareja con la misma lucidez de un Raymond Carver. Por eso, Woody es tan raro. Y es tan universal.

No siempre un artista que sabe medir el pulso de su cultura, da en el clavo de la sensibilidad planetaria.

Pero es tal la escasez creativa, que los periodistas nos apuramos a levantar monumentos en cualquier plazoleta de mala muerte. Es suficiente con que a Nanni le den la Palma de Oro en Cannes para que lo aplaudamos. Cada vez que ví una película de Moretti –Caro Diario, Aprile, esta del Papa- tuve la misma sensación de bolo alimenticio que no logra bajar. Su filmografía son platos que no están sazonados para argentinos. Aún cuando “Habemus Papa” es tal vez el tema más, digamos, internacional de la filmografía de Nani, el film no es gracioso, ni incisivo, ni profundo. Las disgresiones de Nanni, personificado en el psicoanalista que busca devolver al Papa a su cordura y a asumir su cargo, sobre su ateísmo suenan más viejas que chiste de “Café fashion”. Aún si hilamos fino el devenir del personaje del Papa, abismado y confundido por su elección como Sumo Pontífice, no tiene transformación alguna. Todo guionista sabe que, su protagonista necesita atravesar el fuego de la conversión. El desenlace es el final de un recorrido que lo vuelve otro. Sin embargo, no hay cambio alguno en el Papa de Moretti.

Una hora y 40 minutos de película, que son un pisotón de bolas, pueden resumirse así: eligen a un Papa que no quiere serlo. Cuando se puede resumir tajantemente una película sin temor a dejar nada afuera, puede obedecer a dos motivos: 1) o uno tiene un poder de síntesis apabullante, o 2) la película es una mierda.

Y lamento en lo profundo de mi alma, Nanni, pero mi poder de síntesis nunca fue muy bueno. Así que, en fin, sólo nos queda un motivo.

Hipercrítico en Twitter:
http://www.twitter.com/hipercritico

{moscomment}