NO A LA LEY ANTIPIRATERÍA/
¡Que viva Cuevana!

cuevana/Por: Cicco. Es un momento histórico. Esos raros momentos bisagra donde la humanidad elige entre dos direcciones y, por lo general, elige como el traste. El volantazo que dé, afectará, de aquí en adelante, su destino. Si la industria cinematográfica y las grandes cadenas internacionales se salen con la suya, lo más probable es que internet pase de ser la herramienta más poderosa de intercambio de información, en una grosera vidriera para vender y, sobre todo, comprar productos que nadie necesita. No debemos dejar que se salgan con la suya. ¿Por qué? Ahora verá por qué.

1-Los sitios de descargas de películas y series son tan masivos que, el caso de Cuevana, tiene 15 millones de usuarios registrados y el 50% de los hogares argentinos con conexión lo visitan. Nunca el interés masivo se contrapuso en tal medida a los intereses de las corporaciones. Si ganan ellas, verá que la democracia es cartón pintado.

2-Internet demostró que debe seguir siendo un motor de búsqueda gratuito. Esa es su razón de ser. El propio creador de la red, legó su explotación a la humanidad toda. Los usuarios eligieron de común acuerdo que internet es la nueva televisión del siglo que ya comenzó. Y como toda televisión, debemos estar eximidos de pagar por sus servicios. Incluyan, si quieren, publicidades. Pero no jodan con nuestros bolsillos.

3-Quién debe amoldarse a quién. ¿Millones de usuarios deben modificar sus costumbres o los gerentes detrás de los canales y distribuidoras de Hollywood deben replantear su negocio?Piénselo.

4-No importa todo lo que lo critiquen. Si es un mentiroso, es el presidente que mejor miente del planeta. Yo a Obama lo sigo queriendo. Y cuando se opuso a la ley de antipiratería en su país –esa misma semana cantó un tema de Al Green-, la temible SOPA, lo quise aún más.

5-Internet ayuda a instruirse, a actualizarse, a difundir la cultura. ¿No es eso a lo que aspira toda sociedad? Dejen en paz a la gente que busca formarse a su modo.

6-Tomás Escobar, el sanjuanino que creó Cuevana, es prácticamente tratado como un prófugo de la justicia. Vive de prestado en el depto de un amigo. Y el juez aún no lo pudo citar porque no tiene domicilio donde notificarlo. Él quiere sentarse a negociar con las cadenas para pautar la nueva televisión, una plataforma que beneficie a todos. Pero muchas le escapan. Y Fox, claro, ya la demandó –por poco Telefé hacía lo mismo pero cuando se enteró la ola de reproches que traería, claudicó-.  A los medios no le importás vos, ni Cuevana, ni la mar en coche. Sólo les importa no dejar escapar ganancias y menos aún, compartir el negocio.

7-En lo personal, ya no veo tele. La tele es una antigüedad. Es de la generación de nuestros padres que pasaban horas viéndola. Nuestros hijos, si la humanidad dobla en la dirección adecuada, la considerarán un medio caduco y autoritario que impone lo que hay que ver dentro de una oferta pobre y manipulada. Internet termina con esto. No más espectador pasivo que traga lo que le sirven. Es el fin de una era. Pero para que comience otra, los paradigmas deben cambiar. Los colosos deben aceptar la derrota. Modificar las reglas y seguir existiendo en un contexto donde la difusión a escala planetaria sea más importante que sumar otro millón a la cuenta bancaria.

Son momentos cruciales y delicados. Si perdemos la libertad y dejamos internet en manos de los que más tienen, al menos, tome nota de quiénes están detrás de las leyes que acabarán con nuestra libertad de elegir. Fíjese a quiénes responden. Y júrese que nunca más en su vida consumirá un solo programa que venga de allí. Si la pelea está perdida, siempre queda una posibilidad: ese acto tan grato y reconfortante llamado corte de manga.

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