EL COMPAÑERO IDEAL
¿Cómo ganar una elección?

Cristina y...Por: Cicco. En toda votación, aún más importante que el aparato partidario y el plan de gobierno, es pensar de quién estará uno acompañado. En medio del desconcierto ideológico, del carisma de hielo de los candidatos, del destino sin salida de los partidos políticos tradicionales, lo único que les queda a los postulantes, vacíos por dentro, inconvincentes por fuera, es encontrar una celebridad que, a los ojos de la gente, conserve actitudes mínimamente humanas. A la par de la figura reclutada, el candidato podrá así postular en los spots publicitarios: “No seré gran cosa, y tal vez usted no me conozca ni le interesen mis propuestas”, el candidato aquí hace un gesto con la mano e ingresa la celebridad, a la cual abraza con entusiasmo. “Pero miren: ¡soy amigo de Superman!”.

Cuando las encuestas empezaron a darle la espalda, Jorge Telerman lanzó una serie de afiches donde adherían a su reelección, entre otros, Teresa Parodi y Víctor Heredia. Si le quedaba alguna esperanza de seguir como jefe de gobierno porteño, acababa de perderla. No quiero abrir un debate artístico aquí, sin embargo tener en el mismo equipo a Teresa y a Víctor es como jugar con una pierna menos y la otra pisada por elefantes.

Un error de cintura a la hora de apropiarse a un famoso, esos personajes cargados de emotividad que figuran en el inconsciente de la gente, se paga con un costo altísimo para un candidato, el equivalente a quedarse sin trabajo o a ser fotografiado con los pantalones bajos y un pitulín más pequeño que el David del Miguel Angel –si no recuerda el tamaño del pitulín del David, aquí se lo reproduzco para que se haga una idea del oprobio, junto con un cálculo métrico-.

David de Miguel AngelTamaño Garoto. No más de 5 cm.  

Semanas atrás, Carlos Castagneto, candidato a intendente de La Plata por el Frente de la Victoria, posó junto al baterista Marky Ramone, uno de los pocos sobrevivientes de los Ramones, la primera banda punk de Nueva York, a quien Castagneto dedicó una plazoleta en su ciudad. Probablemente Marky no supiera que Castagneto lo utilizaba para su propia campaña. Y aún si fuera así, qué carajo le importaba. Marky es punk. Y los punks se cagan en todo. Especialmente en los políticos como Castagneto.

Los candidatos en campaña son como una planta parasitaria que trepa por un árbol añejo: le quita el agua, la sabia, y al final lo seca completamente como a intelectual argentino mientras ella cobra vigor, se robustece y gana altura.

En plena carrera para la jefatura de gobierno porteño, el macrismo deslizó que a Pity Álvarez, ese delicioso rockero que amanece cada dos por tres tirado en una banquina de ruta provincial, le caía muy simpático Macri, sobre todo, después de fumar una lata de Klaukol con pasta base. Días más tarde, el propio músico tuvo que despertar más temprano que de costumbre en un descampado en José León Suárez, tomarse el tren, y salir a desmentirlo antes que Macri cosechara los votos del público rockero de Pity.

Mauricio es un excelente acopiador de famosos. El mejor en su tipo. Una vez, en el bar Doney de Libertador se acercó a saludar y a elogiar la obra de un gran director cinematográfico: Víctor Maytland, el rey del porno, cuya filmografía va desde “Las tortugas pinjas” a “Gozando por un sueño”.

“Cómo andás Víctor”, le dijo Macri sin que se le moviera un pelo del bigote. “¿Podés creerlo?”, diría Maytland más tarde, aún sorprendido. “Hasta me dijo que le gustaban mis películas”. 

No hay nada más peligroso que un candidato sediento de votos. Es como un ciego conduciendo un camión de gas. Un violador con una erección. En su desesperación, engaña descaradamente, promete lo imposible. Si puede y la proyección estadística así se lo demuestra, es capaz de quitarle el bebé a Andrés Calamaro con tal de que le permita posar con sus anteojos y declarar: “Estos me los regaló Andrés. Un groso y un gran amigo”.

Muchos grandes músicos tuvieron que presentarse a la Justicia para que esos despreciables políticos come celebridades no utilizaran sus temas como jingles de campaña. Y los que protestaban, como deducirá, no eran Teresa Parodi ni Víctor Heredia.

Por eso, para que no haya equivocaciones, palpitando las elecciones de fines de octubre, el asesino serial quiere proponer aquí una lista con los socios recomendados para los candidatos a presidentes. Una ayuda para que su aparato político tome nota y en los próximos días, haga lo que esté a su alcance para tenerlos lo más cerca posible y que los siguientes spots puedan volverse realidad:

Spot de Roberto Lavagna: “No tengo nada de onda. Y no hay nada llamativo en mi vida. Sin embargo les prometo que, si gano, Wanda Nara me acompañará en tanga en todas las entrevistas y actos protocolares.”

Spot de Cristina Kirchner: “Para que no digan que soy prepotente, maltratadota y autoritaria, si me elige presidente, hablaré, disertaré y debatiré exclusivamente a través de mi gran amiga Cnela”.  

Spot de Elisa Carrió: “Con el fin de despejar dudas sobre lo buena que soy, y sobre mi noble moral cristiana, traigo para que comparen a un amigo de la familia, un vecino ilustre del barrio: el tirador de Belgrano. Si tienen alguna pregunta, deberán calzarse unas pecheras con un círculo con una cruz en su interior, y él las responderá de acuerdo a la forma que le resulte más convincente. Es decir, haciendo puntería sobre ustedes”.  

Spot de Alberto Rodríguez Saa: “No hay ninguna razón para que me vote. Sin embargo, si lo hace, le prometo que Dady Brieva, Andrea del Boca, Leonor Bendetto y Esther Goris nunca más filmarán una película con el subsidio de mi provincia. Y estamos llegando a un acuerdo para que los Midachi nunca más se presenten en público, y haciendo tratativas con diplomáticos de la embajada china para embargarle los bienes por utilización de falso apodo al Chino Volpato. Buenas noches, Argentina. Y que viva Perón, Maradona y el Che. Mis tres grandes amigos”.

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