perro que ríe

Por Cicco. Acaban de lanzar, aunque no lo crea, un diccionario para perros. O, mejor dicho, para entender a los perros, lo cual hará que la relación entre el can y el ser humano pase a una nueva etapa. La etapa de entendimiento. Ahora bien, ¿seguiremos siendo tan amigos luego de entender qué es lo que nos quieren decir?

 

La idea se le ocurrió a un japonés y acaba de lanzarlo el sello Earth Star Entertainment. Dicen que uno puede, gracias a este traductor de 330 páginas que incluye dibujos, uno puede descifrar ladridos, interpretar movimientos de cola y cabeza, y, en fin, saber si eso es señal de afecto o señal de que nos putean por lo bajo. Tiraron ocho mil ejemplares y los creadores auguran que su diccionario de mascotas llegue a manos de todo el mundo. También editaron un diccionario de gatos. Como el equipo del asesino serial es buena gente, consideramos oportuno acercarle un apéndice a este diccionario, elaborado tras años de experiencia en carne propia con canes.

1 – El perro mueve la cola. Esto que antes se interpretaba como señal de alegría, ahora se comprobó que obedece a otra cosa: el perro la usa para esparcir, con mayor eficiencia, sus gases en el olfato humano. Un jodido.

2 – El can huele el traste de otro can. Tiempo atrás se creía que este acto un poco asqueroso, pero que el humano suele repetir con sus pares en posiciones jerárquicas, era motivo de reconocimiento. Días atrás descubrieron que el perro huele los trastes porque tiene efectos neurológicos similares al paco. Les pega fuerte. Y por unos instantes, se olvidan de que usted es el idiota que los tiene encerrados en su depto.

3 – El perro da vueltas en círculos mientras busca morderse la cola. Esta actitud fue un enigma para los científicos perrunos que los volvió locos durante siglos. Pero ahora el asesino serial tiene la respuesta: el perro busca morderse la cola porque le pica. Y le da no sé qué pedírselo a usted para que se la rasque.

4 - El perro se lame sus genitales. No, señor. El can, con este acto en apariencia impuro, no busca mantener su higiene inmaculada. Están equivocados todos aquellos que lo interpretan como parte de su aseo personal. Equivocadísimos. El perro se lame los genitales porque descubrió que tienen un sabor maravilloso,comparable al de frutos rojos, y el hombre saca interpretaciones equivocadas sólo por el hecho de que no puede lamerse los suyos. Es envidioso.

5 – El perro chumba hacia la lejanía sin motivo aparente. Esto que embronca tanto a su dueño. ¿Por qué chumba? ¿A qué catzo le chumba? ¿Qué quiere ganar con este ladrido? Nuestro equipo de psicología veterinaria del asesino serial, llegó a la conclusión de que el perro no ladra a la nada. Sólo pregunta a los perros vecinos cómo salió el partido.

Así que, como habrá visto, ya no necesita ese diccionario de mascotas. Para qué: teniéndonos a nosotros. Un equipo serio y confiable. Siempre dispuesto a atender sus necesidades y las de su pobre mascota que lo que menos quiere es que entendamos cómo nos odia en secreto.