dientes de oro

Por Cicco. Usted se preocupará día a día porque sus dientes no se le salgan de sus encías y conserven un aspecto, como mínimo, decente que lo siga haciendo lucir humano al resto de su entorno, y no parte del mundo de las hienas. Y es así que descubre con pavor, cómo las celebrities acaban de adoptar el hábito más idiota y hedonista del mundo: van y se ponen dientes de oro.

Esa costumbre que antes adoptaban los maleantes que les iba bien en la vida. Los campeones de boxeo. Los mafiosos. Y los raperos que, de la noche a la mañana se hacían millonarios. Ahora quieren imponerlo como boom de los famosos distinguidos. Lo llaman moda “grill” lo cual, suena menos a tendencia y más a carrito de la Costanera.

Quedará como el traste, pero la prensa mundial ya ha dado a conocer cómo le queda el suyo a Rihanna -subió las fotos de su sonrisa a Instagram que más que oro parece masticando el plomo de la botella de vino-, Miley Cirus los llevó en la última entrega de premios de no me acuerdo qué cosa, y Madonna se colocó una funda de oro y diamantes entre molar y molar, por si se queda sin cambio chico en el taxi. También llevaron en algún momento sus lingotes fundidos en los dientes desde Katy Perry a Johny Depp. Desde Tom Cruise a Lady Gaga y Justin Bieber. Impresionante.

En lo personal, nunca disfruté de las mezclas. Ya lo hemos dicho aquí: nada de mezclar sexo con comida. Ni juegos de azar con dinero. Ni menos aún dientes con piedras preciosas. Me gustaría decirle dónde guardo mis piedras preciosas. Pero, para eso, primero tengo que conseguirme alguna.

Los famosos debe ser gente muy aburrida. Tanta celebridad. Tanto millón ganado con simples actos de presencias. Que llega un momento que, de tanto en tanto, deciden llamarse unos a otros y preguntarse: “Che, esto es un embole. ¿Qué tal si, a partir de ahora, nos empezamos a poner dientes de oro? ¿No es re loco?” Y así empiezan las modas, mis amigos. Empieza con una llamada telefónica y una idea descerebrada y termina con miles de buenos para nada mordiendo la grande de muzarella y sintiendo sabor a tornillo. Me pregunto, ¿quién será la celebridad argentina que en este momento piensa que su carrera necesita un diente de oro? Déle unos días. Ya empezarán a caer como pajaritos por el dentista.