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Por Cicco. Las autofotos son el furor de este verano o eso es lo que dicen los medios porque no hay nada mejor que decir. Pero en el Asesino Serial desplegamos esta campaña para frenarlas de una buena vez y queremos introducírtela en lo profundo de tu conciencia sedienta y acalorada.

 

Son siete las razones por las que uno debería desterrar las autofotos entre otros hábitos nocivos de su vida. Podrían ser más, pero como el equipo del Asesino Serial es escaso –por no decir unipersonal- y además la fuerza de voluntad no abunda y hoy hace mucho calor, sólo te traemos estos siete motivos. Unite a esta revolución: decile no a las autofotos.

1 – Excepto que seas lungo basquetbolista, tu brazo no es lo suficientemente largo para captar un retrato decente. La única razón válida es que quieras probar una y otra vez apretujarte para la foto con tu vecina de carpa. De lo contrario, no da.

2 – Está comprobado: no podés sacarte un ojo que tome la foto por vos. Y si lo hacés, al parecer, el ojo sacaría una foto de merda. La macana es que no hay forma de volver a meter el ojo y que funcione. Esto también está comprobado.

3 - ¿Estás tan solo que no hay un alma alrededor que pueda tomar la foto por vos? Vamos. No te fuiste a la selva Lacandona. Te fuiste a la Costa Atlántica.

4 – La gente que se toma autofoto, es víctima de exceso de autoconfianza. Cree que, a ciegas, es mejor fotógrafo que cualquier hijo de vecino que casualmente pasa por ahí sin nada mejor que hacer.

5 – Es una regla. Siempre los paisajes son más lindos que el primer plano de tu caripela. No insistas. Gastás batería. Y la muñeca se resiente al divino botón.

6 – Te creerás libre y autosuficiente, pero las autofotos son onanistas –en el Asesino Serial no usamos la palabra popular para designar este acto tan tremendo -. Y te hacen lucir como tal. Verte de cerca, te lo advertimos, es un bajón. Ya bastante lo hacés sufrir al espejo. Dejá a la pobre cámara en paz. Fue diseñada para sacar familias y gaviotas. Playas y atardeceres. No las fosas nansales de mequetrefes empañando el lente.

7 – Con la revolución digital, vivimos en la era de las imágenes descartables. Ya nadie imprime ninguna. La autofoto es el último eslabón de esa cadena de tomas infames que nadie se atrevería a poner un peso para eternizarla en el papel. No te sumes a la tendencia. No le hace bien a nadie. Rogá que entre la gente que pasa y te observa mientras te tomas sucesivamente una metralla de autofotos, no haya ningún conocido. No importa el puesto que tengas en la empresa. Ya nadie te tomará en serio.