controversia woody allen

Por Cicco. El mismo Woody Allen lo decía: “No quiero conocer en persona a mis ídolos porque temo que se caigan del pedestal”. Pero, bueno, no siempre se puede. Cada tanto,los medios se ocupan de que sus trapitos sucios salgan al tendal, y ahí te quiero ver.

 

¿Qué peor acusación puede recibir un hombre que abusador de niños? Pero así lo señalan al cineasta: lo acusan de abusar de la hija adoptiva de su ex Mia Farrow, cuando la niña tenía siete. Ella, Dylan Farrow, hoy tiene 28, familia propia y necesitó cambiar de nombre para seguir con su vida en Florida. Y junto a su mamá, no quieren hacer borrón y cuenta nueva. Quieren que el hombre la pague. Y, lo que es más duro aún, que el mundo –sus millones de fans- se enteren qué clase de hombre es el humorista más ocurrente del planeta.

Sabés, el humor es una sintonía muy íntima: querer a un cómico es también compartir sus puntos de vista. Entender sus problemas. Ahora bien, si se demuestra que Woody abusó de menores, estamos fritos. ¿O no lo estamos?

Diez años atrás, leí las memorias de Mia Farrow donde contaba que el cineasta “manoseaba” a su hija y el caso saltó a los medios en 1993. Y bueno, como bien sabrás, Woody se terminó casando y teniendo hijos con una de ellas. Según Farrow, el casamiento fue para limpiar su imagen. Pero en el camino, quedó la primera historia de abuso: la acusación de Dylan.

Hasta Frank Sinatra, ex esposo de Farrow dijo que si veía a Woody “le voy a romper las piernas”. La pucha.

¿Por qué se ventila recién ahora esto? En apariencia, por una decisión de la propia Dylan, hoy es una chica grande y felizment ecasada. Cuando vio el reconocimiento de los Golden Globes por su vida dedicada al cine, explotó. Se tiró en la cama y lloró durante horas.

Es la primera vez que ella misma confiesa qué sucedió. Escribió una carta abierta que publicaron en el New York Times, donde cuenta detalles de cómo el cineasta, dice ella, la abusó sexualmente en el ático de su casa mientras le prometía que actuaría en sus películas y la llevaría de viaje a París. Pero además cuenta que se quedó pasmada al ver cómo Allen no recibió pena alguna y era tratado como un rey a los ojos del mundo. Y Dylan, por su lado, quedó con miedo a los hombres. Con trastornos alimenticios. Y con una tendencia a cortarse el cuerpo.

La pasó mal. Cada vez que veía cómo premiaban a su padrastro, ella maldecía al mundo. “Woody Allen es el testamento vivo de cómo nuestra sociedad fracasa en tratar a los sobrevivientes de abusos sexuales”, escribió Dylan en la carta. En los Estados Unidos, una de cada cinco chicas sufre de abusos. Y en un tercio de los casos los abusadores son miembros de su propia familia. Dylan dice que no sólo hizo pública su historia para advertir al mundo la otra cara del genio.
Además, para prevenir que pueda, dice ella, hacer lo mismo con otras menores.

Y en el medio de todo ese escándalo –que aún niegan los abogados del director- queda tu relación con Woody. ¿Qué pasará la próxima vez que veas una de sus películas? ¿Podrás reírte igual que antes, despreocupado y contento, y decirte a vos mismo lo genial que es este hombrecito, ya anciano? ¿O ya nada será igual? ¿Podrás aceptar que el tipo que tanto te hace reír pudo ser capaz de cometer abusos a menores y aún así seguir disfrutando de sus películas? ¿Qué decís?