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MÁS ALLÁ DE LA BRECHA DIGITAL |
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BRADLEY MANNING, HÉROE O CRIMINAL |
| La novela de Wikileaks |
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No es el objetivo de este artículo analizar alguno de los 250 mil cables secretos que el sitio de Internet Wikileaks ha puesto al descubierto del mundo. No es la idea hablar de las escandalosas acciones privadas de algún primer ministro europeo o de los interrogantes de Estados Unidos en relación a los presidentes latinoamericanos. Nada de eso. Las líneas que siguen intentaran hacer solo un acercamiento a uno de los protagonistas de esta historia. Porque así como en los cuentos, lo más importante es el relato; en las novelas, son los personajes. Y en la novela de Wikileaks hay grandes personajes, dignos de una película de Hollywood en la que nada queda claro; y en la que los buenos pueden ser los malos y los malos, los buenos. Pero cuidado, porque los personajes principales de hoy, tal vez sean actores secundarios de otro relato mucho más amplio que hoy se desconoce. Por lo pronto es interesante hacer foco en los individuos que según la historia oficial originaron este escándalo mundial: el periodista y fundador de Wikileaks, Julian Assange; el joven soldado al que versiones oficiales indican como el que tomó la información y la entregó, Bradley Manning y el ex hacker y denunciante, Adrian Lamo. Julián Assange fue detenido en Gran Bretaña (con una sospechosa acusación por un delito sexual) y es el gran protagonista de esta historia en los medios de comunicación del mundo. Pero, ¿quién es Bradley Manning?, detenido desde mayo, y según se señala en alguna parte de la prensa, la principal fuente de este caso. |
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CELULAR, INTERNET, REDES, TV, SMS Y MÁS |
| ¿Tienes agotamiento tecnocerebral? |
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ALGUNAS INQUIETUDES DE TIM BERNERS-LEE |
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NUEVOS PRODUCTOS, NUEVOS FORMATOS, NUEVAS FÓRMULAS |
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DIFERENTES REDES, DIFERENTES GUSTOS |
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REYES DE LA RED |
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Por: Sebastián Di Domenica. El mundo mira a Egipto. Allí desde hace dos semanas miles y miles de jóvenes se movilizan de manera espontánea para sacar del poder a un presidente, Hosni Mubarak, que lleva treinta años en el cargo. Según dicen las noticias, Internet y las redes sociales han ocupado un rol de gran importancia en la movilización; porque fue a partir de consignas lanzadas desde Facebook y Twitter que se pusieron en marcha los jóvenes egipcios. Pero hay que recalcar que el gran motor de la avanzada fue la clase media y la clase media alta, y que luego se sumó el resto. El puntapié inicial fueron aquellos que tienen más posibilidades de acceder a la tecnología y que utilizan todos los días redes sociales, y que tal vez cuentan con un celular inteligente. Son esos jóvenes con acceso y manejo de la tecnología los que tienen el poder potencial en el mundo: conocen las herramientas, las llevan encima, y tienen una gran capacidad de convocatoria y movilización si van detrás de intereses compartidos por la mayoría. Pero ojo, todavía no son la mayoría. Pero pueden llegar a serlo. Algunos datos estadísticos de Egipto reflejan la situación: 16 millones de usuarios de Internet y 74 millones de usuarios de teléfonos celulares en un país de 84 millones de habitantes con un 40 por ciento de pobreza, un 30 por ciento de desocupación y un 30 por ciento de analfabetismo. ¿Qué puede llegar a pasar en un país como Egipto cuando esos 74 millones que hoy cuentan solo con un celular, en muchos casos el primer acceso a la telefonía en sus vidas, finalmente accedan a Internet y al poder de convocatoria de las redes sociales? El poder de la gente será inmenso. Y las mayorías tendrán la última palabra. ¿Llegará ese día? Por el momento, cabe también hacer foco en otras dos realidades globales: juventud y alimentos.
Por: Sebastián Di Domenica. Twitter tiene cerca de 500 mil usuarios en Argentina. Por lo tanto, algo más del uno por ciento de la totalidad de los habitantes de la República Argentina están conectados a esa red social de microblogging, y reciben mensajes de hasta 140 caracteres de los más diversos personajes. Las cuentas que suman más seguidores son las de etrellas de la TV, las de políticos y las de periodistas. Por ejemplo, la presidenta
Por: Sebastián Di Domenica.
Por: Sebastián Di Domenica. El fin de año está cerca y todos ya piensan en la playa, las vacaciones, el sol, y la ropa liviana. Pero justamente porque todo el mundo en esta época del año siente mucho cansancio, es el momento indicado para hacer la gran pregunta: ¿Tienes agotamiento tecnocerebral? Y qué es eso, se preguntará usted. El término surge en Estados Unidos como Techno Brain Burnout. Es decir, tecno cerebro quemado. O de otra manera, un cerebro que por las presiones de la tecnología y la vida moderna se estresa, se agota y luego vuelca.
Por: Sebastián Di Domenica. Luego de leer críticas muy elogiosas sobre Red Social, corrí al cine lleno de expectativas. Más allá de su dudosa veracidad, nadie puede negar que la película sobre la creación de Facebook es entretenida y mantiene la atención a través de diálogos jugosos y acelerados. Pero algo pasó. Salí del cine descontento. Red Social no me había gustado. Algo le faltaba a la historia. Tal vez un protagonista con el que uno se pueda identificar. Tal vez algo de amor o algo de épica. ¿Quiénes son los buenos y quiénes son los malos en esta película? ¿Dónde está el mensaje o la moraleja de la historia? Red Social aborda temáticas que son milenarias: la amistad, la traición, la creatividad, la codicia, las peleas, la seducción. Pero plantea un retrato social un poco sórdido. Un joven con gran capacidad para la informática que toma parte de una idea ajena, a la que luego le suma su propia creatividad y que logra armar un sitio que genera el interés de millones. Un sitio que impone algunas costumbres, y que al igual que la película, se mete con cuestiones sensibles de la vida de las personas: la soledad, las relaciones humanas y lo que se dice del otro. Pero la carrera por lograr imponer la idea, se lleva casi todo. No hay interés por el otro; solo la búsqueda del éxito y el resentimiento frente a los que cerraron la puerta. A partir de allí, son partes del relato defenestrar públicamente a una ex novia o traicionar al otro para quedarse con todo. Y no digo traicionar a un amigo, porque el Mark Zuckerberg de esta ficción no tiene amigos. Solo está interesado en su propia persona y en la búsqueda del éxito. ¿Ese Mark Zuckerberg de la ficción, tan crudo y tan egoísta, puede llegar a ser referente frente al resto? ¿Representa algo de la sociedad actual?
Por: Sebastián Di Domenica.
Por: Sebastián Di Domenica. Eramos pocos… y apareció la geolocalización. La unión de Internet, redes sociales, GPS, satélites y celulares inteligentes le han dado vida a esa nueva noción. ¿Y qué quiere decir? Que gracias a todas esas tecnologías, las personas que cuentan con un celular con Internet y GPS pueden ser ubicadas en cualquier rincón del mundo con sólo algunos metros de error. En pocas palabras, ubicación geográfica exacta a la vista de todo el mundo en la red. Un avance llamativo pero que genera todo tipo de inquietudes. Tal vez la idea puede parecer divertida si se usa entre amigos y para el encuentro en la pizzería. Pero por intentar atravesar un hecho anecdótico o simpático como ese; tenemos que entregar el bien más preciado de la libertad: la posibilidad de escapar. ¿Se puede entregar algo más? Usted dirá: con esta no me van a agarrar, ni loco me anoto en una utilidad de esas características. Pero lo mismo ocurrió con las redes sociales. Y con muchos otros avances tecnológicos como el celular. Un día el “no me van a agarrar” se transforma en “estoy adentro”, porque todos somos parte y no queremos quedarnos afuera.
Por: Sebastián Di Domenica. En épocas pasadas la gente tenía más tiempo y escaseaban los contenidos para consumir. Hoy abundan los contenidos y escasea el tiempo. Es una realidad en los días que corren y es una variable inexorable del mercado periodístico. En las épocas de tiempo abundante, cada lector consumía a fondo y con gusto el diario del día. Lo mismo ocurría con un programa de radio o un programa de TV. Era el público frente al producto que se elegía y se disfrutaba por necesidad o por simple satisfacción. El diario se pagaba y ese dinero gastado se hacía valer. Hoy todo es distinto. Hay infinidad de materiales periodísticos gratuitos para consumir, y siempre hay menos tiempo que posibilidades. En este nuevo escenario, periodistas y medios de comunicación buscan desde hace varios años nuevas alternativas para mantenerse en acción y a la par de las exigencias del público de la era de Internet. Dos textos aparecidos en los últimos días plantean algunos puntos interesantes al respecto: El ejemplo de un medio en Estados Unidos que triunfa en Internet pero paga las cuentas gracias al papel y una estadística del economista de Google que explica los motivos de ese fenómeno.
Por: Sebastián Di Domenica. Las redes sociales siguen su crecimiento imparable. Son un verdadero fenómeno al que la gente se suma con gusto y afición; y al que el público de todas las edades le dedica tiempo y energía, en desmedro de otros posibles contenidos a consumir. Desde hace algunos meses el liderazgo indiscutible de Facebook parece tener competencia real. El avance de Twitter es innegable y hasta
Por: Sebastián Di Domenica. Con Facebook nos metemos en donde nadie nos invita. Mi conexión con el otro es silenciosa e intrusiva. En la lista de noticias aparecen las novedades de todos, pero si lo deseo también puedo ver las fotos de tus viajes, de tu cumpleaños, de tu familia y hasta conocer de tus variados intereses. De la misma manera alguien puede meterse en mi perfil, y sin que yo lo sepa, espíar a gusto y sin barreras. Es así. A la exposición nos exponemos desde esta megared social que se llama Facebook. Y de a poco, nos sumamos todos. Mansamente nos exponemos a la desnudez de nuestras vidas; y muy contentos, decimos, mostramos y creamos aquello que nos parece mejor. Cada vez más contactos en mi lista. Están los amigos, los conocidos; y cada vez más, los desconocidos. Todos pueden husmear en algunas huellas de mi existir. La privacidad se deforma y las relaciones humanas adquieren características nuevas. ¿Facebook es una moda pasajera o llegó para quedarse? Responder a este interrogante es determinante, porque Facebook en poco tiempo puede convertirse en el sitio más importante desde el nacimiento de internet. 
