Buenas y malas noticias
 
Nadie lo duda, los celulares son muy útiles por muchos motivos: para pedir auxilio si se queda el auto, para ubicar a una persona más allá de la ubicación, para cerrar un tema laboral desde un asado e incluso para enviar un sms de amor.
 
La publicidad se encarga de hacernos entender que en el celular podemos recibir maravillosas noticias como: "se cerró el acuerdo" o "venite a casa que conocí a un bombón y vino con una amiga". ¿Pero es siempre así?
 
Una vez leí que a Osvaldo Soriano no le gustaban los teléfonos porque decía que es por ese medio por el que se comunican las malas noticias. En parte es cierto, porque las buenas noticias siempre se dicen personalmente, ya que son momentos que nadie se quiere perder.
 
No estamos solos
 
Pero los celulares son una realidad inexorable, y ya casi nadie puede renunciar a ellos. El mundo los ha incorporado y es difícil apartarse del mundo. García Canclini en la conferencia señalaba que con el celular "te regalan la necesidad de estar pendiente de los llamados, del control de familiares, de la posibilidad de que el jefe te llame a las once de la noche y te encargue un trabajo de urgencia".
 
Lamentablemente, todo eso es cierto. El celular es la imposibilidad de desconectarse, la imposibilidad de estar realmente a solas y de perderse por los rincones que nos ofrece una ciudad o un país. A toda hora y en todo lugar, nos pueden encontrar.
 
En Internet
 
A continuación se presentan diferentes noticias aparecidas en medios en internet que demuestran la penetración inexorable de los celulares en nuestras vidas:
 
-Estados Unidos tiene su campeona de enviar mensajes SMS a través de su celular. La campeona tiene 13 años y envío 8000 mensajes en un mes.
 
-BBC mundo le propone a un grupo de lectores apagar su celular por siete días y algunos no lo logran.
 
-La mitad de la población del mundo tendrá celular
 
-Movistar lanza el primer videoteléfono celular
 
-Los niños se sienten más seguros con un celular
 
-Los niños compran cada vez más celulares, especialmente por los tonos