MÁS ALLÁ DE LA BRECHA DIGITAL
Twitter en el año electoral que comienza

Famosos de TwitterPor: Sebastián Di Domenica.  Twitter tiene cerca de 500 mil usuarios en Argentina. Por lo tanto, algo más del uno por ciento de la totalidad de los habitantes de la República Argentina están conectados a esa red social de microblogging, y reciben mensajes de hasta 140 caracteres de los más diversos personajes. Las cuentas que suman más seguidores son las de etrellas de la TV, las de políticos y las de periodistas. Por ejemplo, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner tiene 269 mil seguidores, la actriz Luisana Lopilato, 411 mil y Jorge Rial, 362 mil. Son algunos de los personajes más populares de la red. Pero al margen de la cantidad de seguidores que tenga cada uno, que es una estadística que puede plantear una competencia sin sentido; el uso de Twitter genera algunos interrogantes concretos: ¿Va a influir esta nueva vía de información de manera real en las próximas elecciones? ¿Qué tipo de competencia plantea el uso de redes sociales entre políticos en carrera? ¿Twitter ofrece más y mejor información, posibilidades reales de conexión con los dirigentes, o es solo una ilusión que puede causar aún más desconcierto y confusión en el marco de la variada oferta informativa?

1-Seguidores y votos. ¿El político que cuenta con más seguidores en Twitter va a sumar más votos en las elecciones? En primera instancia se debe decir que no. Hay que tener en cuenta que en Argentina la brecha digital aún es importante, no todos acceden a Internet, y que el uso de Twitter es para una minoría. Mientras que Facebook se ha posicionado como la red social de la vida privada de los argentinos, con millones de usuarios de todas las clases que se exponen y comparten; Twitter es una red más acotada y destinada a una activa minoría tecnológica en la que en primer lugar se exponen los famosos. Twitter es más la red de los que poseen smartphones, Ipads o Blackberrys; mientras que Facebook es la red social de la PC al lado del televisor y en frente de la mesa con los fideos servidos. 
 
2-Exposición Twitter. Más allá de las características y la cantidad de los usuarios, hay que señalar que el famoso que tenga una cuenta en Twitter tal vez logre algo más de prensa. Porque en esa gran minoría de seguidores twitteros hay muchos periodistas que están atentos a las declaraciones más llamativas o impactantes. Una persona conocida que dice algo interesante en Twitter, de manera inmediata multiplica su declaración en todos los medios. Por lo tanto, no es tan importante la cantidad de seguidores sino la declaración que se hace pública. Entonces, todo político en carrera electoral, además de usar todas las herramientas de exposición que ofrece la red, también debe tener activa su cuenta Twitter. Desde allí puede decir, exponerse y estar en la mente de los que editan los medios. 
 
3-Cholulismo. El usuario argentino de Twitter promedio parece ser muy cholulo. ¿Cómo entender, de otra manera, que una actriz como Luisana Lopilato cuente con tantos seguidores o que Jorge Rial encabece la lista de periodistas más populares? Lopilato surgió a la fama en una tira juvenil y seguro cuenta con muchos fans que han crecido a la par del uso de las redes y las computadoras. Tal vez esa sea una de las razones por la que ha captado tanto interés. Además, su romance con una estrella internacional de la música con Michael Bubble también debe aportar al fenómeno. En tanto, la gran popularidad de Rial sugiere que los twitteros argentinos desean conocer muchas novedades del espectáculo, de Gran Hermano y de los famosos. Cuentas como la de Paula Chavez con 330 mil suscriptores o la de Connie Ansaldi confirman la tendencia.  

4-¿Más y mejor información?  Twitter sin duda es una fuente de información directa y sin intermediarios. Políticos muy tecnológicos como Anibal Fernández utilizan la red para hacer declaraciones que son noticia y que casi están pensadas para el titular. Como por ejemplo cuando le respondió a Eduardo Duhalde el 24 de enero: "El perrito faldero le dice que es el pasado y que da vergüenza ajena". En tanto, políticos menos tecnológicos como Ricardo Alfonsín utilizan la red para comunicar actos y para exponer algún pensamiento: "Estamos en Pinamar, dialogando con periodistas y turistas en el Bar Marbella", comentó el 22 del mismo mes. En ambos casos se ofrece información directa y accesible. Lógicamente, los datos, las afirmaciones y las contestaciones están todas mezcladas. En este escenario, es el receptor el que debe hacer un análisis crítico de lo que se recibe. La avalancha de estímulos informativos pueden hacer cada vez más complicada la comprensión de los mismos. No hay síntesis. No hay análisis. Solo el mensaje y el lector. ¿Es capaz ese lector de comprender las mecánicas de comunicación y los objetivos de cada mensaje?

5-Más discusión, más ideas. Por supuesto, la existencia de redes sociales como Twitter acerca en gran medida al público común a los dirigentes. Más allá de la avalancha, más allá de la confusión, la gente tiene en Twitter una línea directa para contactar y para comentar. Un ejemplo ilustra esta posibilidad: se discutía en un programa de TV el tema de viviendas y tierras. Y Luis D´elía desde su Twitter ofrecía su opinión: "La Comision nacional de tierras que dirige el arquitecto Ruben Pascolini tiene como producir un millon de lotes con servicios. hay que hacerlo ya!" Al finalizar el programa, D´Elía desde su cuenta señalaba impresionado que había recibido más de 240 mensajes en relación a sus afirmaciones. La red, asociada con la TV, estaba cumpliendo un rol importante.

6-Recomendaciones. Para terminar vale la pena transcribir las recomendaciones que el periodista Darío Gallo, especialista, defensor y precursor en el mundo de Twitter, señaló hace algunos días. Gallo marcó cinco razones para seguir a alguien en Twitter y cinco razones para no hacerlo. Seguirlo:  1) Sugiere links 2) Ayuda al que pregunta 3) No insulta 4) Ironiza 5) Polemiza. No seguirlo: 1) nunca twitea 2) lo usa como un chat 3) insulta 4) es un feed 5) tiene cero humor.  Especial para todos los políticos que en este año electoral se anotan en la carrera y no quieren quedar afuera de la revolución del pajarito.

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