 Por: Javier Porta Fouz. Un lector que se identifica como JUAN comenta mi última columna y dice: “No coincido en la descalificaciones que realiza Ud. sobre las peliculas, creo que lo que para Ud. puede ser una mala película, para otro le puede gustar y disfrutar de un buen momento, eso es lo que me pasó con la película Enamorándome de mi ex, y la verdad que yo no soy una persona que entiende mucho sobre cine ni tampoco me pongo a analizar como si una peli fuera el DNU que firmó Cristina Kirchner, simplemente voy al cine y intento pasar un buen momento y esa pelicula lo logró.” En primer lugar, gracias por escribir; en segundo, aclaro que puse algunas tildes y corregí alguna cosa para mejorar la legibilidad del comentario; en tercero, me costó dejar escrito “peli”, pero si es así como le gusta al lector JUAN, que así sea, aunque me parezca mal ese uso de las palabras, como dije en esta columna. Ahora bien, me interesa detenerme en esto que dice JUAN “creo que lo que para Ud. puede ser una mala película, para otro le puede gustar y disfrutar de un buen momento” Claramente, hay un error en el “para” de “para otro le puede gustar”, debería ser “a otro le puede gustar”. Sin embargo, este es un error significativo, interesante: ese “para” creo que proviene de la intención de JUAN de poner “creo que lo que para Ud. puede ser una mala película, para otro puede ser buena”. Pero JUAN puso “para otro le puede gustar”, que debió haber sido “a otro le puede gustar”. No tengo nada que discutir si alguien dice “la película que a Ud. Le parece malísima a mí me gusta mucho”, porque se trata, por un lado, de un juicio estético y, por otro, de un mero gusto. Ahora bien, la tarea del crítico debería ser la de discutir con alguien a quien le parece bueno lo que a uno le pareció malo (o viceversa). En el comentario de JUAN, en el error de la preposición “para”, está el síntoma de la diferencia entre discutir una opinión y manifestar un gusto.
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