LAS "MARATONES FÍLMICAS"
¿Cuántas películas seguidas puede ver?

gente en el cinePor: Javier Porta Fouz. “Ah, sos crítico, debés ver muchas películas; yo una vez vi tres seguidas: una locura”. Eso, a veces, puede llegar a decirnos algún interlocutor que no se dedica profesionalmente a ver películas. Y uno piensa que en las épocas de formación (“de deformación”, maliciará alguno), ver tres películas al día era casi el mínimo que nos exigíamos. Y, un poco con vergüenza, un poco con orgullo, pensamos –o a veces decimos– que hemos llegado a ver hasta nueve películas en un día, y quizás alguna más. No, claro, si las nueve son las tres El señor de Anillos + las tres El padrino + las tres últimas películas del filipino Lav Díaz (su último film dura ocho horas), definitivamente no entran en una jornada. Pero nueve películas de una hora y media cada una, más un intervalo promedio de quince minutos entre cada función para despejarse, comer algo o lo que sea, da un total de quince horas y media, lo que incluso nos deja parte del día para dormir. Pero no hablemos aquí de tales extremos, si no de una práctica habitual de quienes vemos muchas películas, quienes consideramos como algo normal ver unas tres, cuatro o cinco seguidas.

Sí, por supuesto, alguna vez hemos visto demasiado cine seguido y no hemos estado con la mejor predisposición para ver la última función de la jornada, pero debo decir que cuando dedico el día entero a ver películas (en algún festival, por ejemplo), cinco películas en un día se me hace un programa llevadero, hasta fácil: veo una o dos por la mañana (benditos festivales que empiezan con las proyecciones en horarios tempraneros; la mejor hora para ver cine, según mi opinión de persona con tendencia a madrugar incluso sin obligación), almuerzo, veo dos o tres por la tarde, ceno, y luego veo una más. Estoy entrenado para eso, y ahora es mi trabajo. Ahora bien, debo confesar que esto ya lo hacía a los dieciséis años, cuando no trabajaba de crítico ni seleccionaba películas. En algunos años de fines de los ochenta y de principios de los noventa, se había instituido algo llamado “día del cine”, que no sé bien cuándo era exactamente ni qué conmemoraba. Podría averiguarlo ahora, pero no viene al caso: lo que sí viene al caso es que en ese día uno compraba una entrada y ¡podía ver todas las películas que quisiera, en todos los cines! Eso era para mí el paraíso en la tierra. Podía ver películas de 1.00 PM a 1.00 AM (el típico horario de funcionamiento de casi todos los cines porteños en esa época): una película a las 13.00, otra a las 15.30, otra a las 18.00, otra a las 20.30 y una última a las 23.00, luego de comer unas apuradas porciones de pizza en la Roma de la calle Lavalle. Al otro día, en general, faltaba al colegio de tan cansado que quedaba. Sin embargo, con el correr de los años, eso de ver, en el cine, cinco películas seguidas se me hizo cada vez más frecuente y ya no necesitaba descansar de manera excepcional luego de tal “maratón”. Por eso me resulta raro cuando alguien me dice que no puede ver más de una película en un día: durante décadas los cines de barrio dieron tres o dos películas “en continuado”, a las que se accedía con una sola entrada. Yo, que nací en la década del setenta, pude disfrutar de dobles programas en los ochenta, por ejemplo en el “National Palace” de Boedo o en el “Empire” de la otra cuadra del Congreso.


En fin, que esto de ver varias películas seguidas no es sólo una cuestión de resistencia, y de verlas bien gracias a esa resistencia (no tiene sentido ver muchas películas si uno las ve en estado de fastidio), sino que además es un asunto de combinación. Y de orden: así como en un restaurante primero viene la entrada, después el plato principal y luego el postre, es muy importante definir con buen tino qué se ve en primera instancia, qué viene después, y con qué “se cierra el día”. Pero de las combinaciones y del orden hablaremos en otra entrega de “maratones fílmicas”. Por ahora, si quieren, comenten cómo se llevan con la visión de varias películas en un día, o si tienen algún récord personal. Yo, mientras tanto, voy a ir a preguntarle a un amigo español que está en el Bafici si este año logrará superar su récord de años anteriores, cuando vio setenta y cinco películas durante el evento.

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