EL AUTORITARISMO PUBLICITARIO
¡Déjenme sacar esto!

Obligado a ver - foto de La Naranja MecánicaPor: Javier Porta Fouz. Tengo un amigo que estaba afiliado a una AFJP. Vio una publicidad de esa AFJP, llamémosla X. La publicidad le pareció vomitiva: “se trata de una pandilla de tipos con actitudes de cretinos y vestidos de peces gordos, que se saludan entre sí y quieren dar la idea de solidez o algo por el estilo; a mí me dio asco”, me dijo. Mi amigo se cambió de AFJP: pasó de X a Z. Cuando la promotora de X le preguntó porqué se iba de X, mi amigo dijo: por la publicidad vomitiva y cretina que hacen. La promotora lo saludó y se fue, con cara de que mi amigo estaba loco. Yo creo que no estaba nada loco, ante una publicidad que lo ofendía protestaba dejando de contratar el servicio publicitado. La publicidad es muchas veces ofensiva, muchas otras cretina, y en ocasiones terriblemente autoritaria. La publicidad autoritaria abunda en los DVD.

Mi amigo tiene una hija pequeña a la que le gusta mirar películas en DVD. Mi amigo le compra DVD originales. Cada vez que pone un DVD, tiene que sortear publicidades, avisos legales y diversos logos animados, todo ante la ansiedad de la niña que quiere ver la película. En muchos casos, hay que pasar una enorme cantidad de publicidades de otras películas (tráileres*), que mi amigo suele evitarlos con el botón que sirve para cambiar de capítulo. Muchas veces, antes o después de los tráileres, y también en DVD que no tienen tráileres, hay que pasar también uno, dos o treinta carteles de “atención” o “warning” o “achtung” que indican que “los derechos del copyright blablabla” en diversos idiomas. A veces, estos carteles se pueden pasar, otras veces no.  Y lo mismo sucede con los tráileres. En ocasiones, los tráileres no se pueden “saltar” con el botón que pasa de capítulo a capítulo, ni se pueden adelantar a mayor velocidad, y el botón del menú no deja ir al menú para comenzar de una vez por todas con la película que uno compró, original, con IVA y todos los impuestos. Y pasa con las películas “infantiles” y también pasa con las películas dirigidas al público “adulto”. Hay que aguantar, cada vez que uno pone la película, unos diez minutos de publicidades de otras películas, a pura impotencia y pérdida de tiempo. A veces, incluso, hay que aguantarse publicidades de otras cosas, correos, perfumes, cafés, y hasta la propaganda antipiratería que compara comprar un DVD trucho con robar una cartera. 

Mi amigo compra DVD originales y cada vez está más harto de tocar veinte veces el botón de “adelantar capítulo” para llegar a la película que compró con todas las de la ley. Está harto de eso. Así que ante esos DVD que no permiten pasar las publicidades de ninguna manera está directamente furioso. Ha implementado la siguiente práctica: cada vez que compra un DVD cuyas publicidades no se pueden pasar de ninguna manera, va al comercio en el que lo compró y pide cambiarlo por ese motivo. A veces lo miran raro; a veces le dicen que tiene toda la razón. Ha cambiado diez DVD, de los once que compró que venían con publicidades autoritarias. Hay uno que no se lo quisieron cambiar. Mi amigo piensa ir a la editora de la película a intentar cambiarlo y a protestar por el asunto. Y está por dejar de comprar DVD originales hasta que se eliminen de una vez por todas estas publicidades autoritarias: dice que esto no es una pavada, que cada vez que una publicidad se le impone de esta manera pierde minutos de vida, y que no ve películas en televisión para no estar expuesto a las publicidades, y que por eso compra DVD. Dice, además, que si esto sigue así iniciará una campaña pública en contra de los DVD con publicidades que no se puedan pasar. Yo le creo. Ya hizo lo de la AFJP, y eso que odia hacer trámites tanto como odia estar obligado a ver publicidades. 

* tráileres: sí, la palabra está castellanizada. Y el plural es así nomás.

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